Con lágrimas de emoción y entre aplausos y abrazos, Susana Nagore, después de 27 años cantando la jota del 7 de julio ante la hornacina de San Fermín antes del inicio del primer encierro de las fiestas, ha cedido el testigo en el día de San Fermín.
Fue hace 27 años, embarazada de su hijo mayor cuando comenzó lo que ha acabado convirtiéndose en uno de los 'momenticos sanfermieros'.
Alguien, cuenta Nagore entre risas, se atrevió a retarle y por supuesto, como buena navarra, aceptó la apuesta y bajó hasta la hornacina donde se encuentra el santo y cantó. Ese evento ocurrió hace ya más de un cuarto de siglo.
"Es una maravilla, son corredores de Pamplona de toda la vida y me reciben con mucho cariño", ha indicado Susana Nagore respecto a quienes se congregan habitualmente en el primer tramo del encierro, donde se sitúan los primeros que entran en contacto con los toros que salen de los corrales de Santo Domingo.
En su despedida, estos corredores han querido tener un detalle con ella y le han entregado unas flores y un obsequio que ha recibido emocionada. Las palabras de agradecimiento se han repetido por las dos partes y han hecho que brotaran las lágrimas de emoción en más de uno de los presentes.
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