El 14 de julio de 2019 tras el último encierro de Miura, los trabajadores de la Carpintería Hermanos Aldaz Remiro de Puente la Reina desmontaron el vallado del encierro. Los cientos de postes y vallados quedaron recogidos y guardados a la espera del 1 de junio de 2020, fecha en la que debía de haber comenzado el trabajo inverso para preparar todo para los Sanfermines de este año.
El coronavirus se cruzó por el camino y las fiestas fueron oficialmente suspendidas en plena crisis de la Covid-19. Este lunes, los carpinteros no han salido al recorrido del encierro para comenzar el montaje del vallado y no habrá fotos ni entrevistas de cómo los primeros postes empiezan a ocupar los corrales de Santo Domingo o el callejón de acceso a la plaza.
"Más que por nosotros, me preocupa por otra gente, los hosteleros o la Casa de Misericordia", señala Xabier Aldaz, que junto a su hermano Íñigo gestionan y trabajan en la carpintería familiar y se ocupan de todas las labores relacionadas con el vallado del encierro.
En 1992, su padre Ignacio Aldaz cogió el testigo de la carpintería Pezonaga y España, que a su vez habían sido responsables del vallado del encierro desde 1977. Desde aquella fecha, la del año de las Olimpiadas y la Expo de Sevilla, los carpinteros de Aldaz Remiro no habían fallado nunca a su cita con las fiestas de Pamplona.
Xabier Aldaz señala que todos los años refuerzan la plantilla con 4 o 5 personas durante el mes de junio, pero que durante los días de San Fermín pueden llegar a ser hasta 70 carpinteros poniendo y quitando postes. "Hay que hacerlo todo en muy poco tiempo, antes y después del encierro y requiere mucha gente en pocas horas", explica.
"Es un trabajo que no vamos a hacer y que tampoco nos va a generar gastos, pero es algo que a todos los que trabajan en ello les viene bien en esas fechas y es una pena", comenta por todas esas personas que ingresaban un extra durante San Fermín dedicados al montaje del tetris del encierro.
Aunque él mismo no le otorga una mayor importancia, Xabier Aldaz es también desde hace unos años el responsable de lanzar el cohete del encierro a las 8 desde el corral de Santo Domingo y de abrir la puerta a los toros y cabestros. "Es algo más de nuestro trabajo y está claro que este año va a resultar una situación distinta, tiene un punto sentimental que viviremos peor cuando lleguen los días 6 y 7 de julio, nos va a costar a todos", comenta.
Sin embargo, asegura que siente algo de pudor cuando habla de fiesta y de Sanfermines después de todo lo ocurrido en las últimas semanas con la crisis sanitaria, por toda la gente que ha sufrido el efecto de la enfermedad. "En la carpintería ya hemos podido volver a trabajar con todas las medidas y protocolos de seguridad establecidos", comenta.
Ahora toca mirar al frente y hacer posible el regreso el 1 de junio de 2021, cuando la carpintería de los hermanos Aldaz vuelva a sacar a la calle los casi 3.000 tablones y 900 postes que configuran una de estructuras más queridas en Pamplona: el vallado del encierro.
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