El Ángel de Aralar no ha podido pasar al interior de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Navarra. El Gobierno de Navarra, cargándose una tradición que data de 1948, lo ha impedido.
Y es que, la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, se esmera en prohibir y vetar cualquier acto propio de la Comunidad foral. Tras ni siquiera acudir a Javier el día del patrón de Navarra, este jueves ha mantenido el veto al Ángel de Aralar, unas de las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra.
De esta manera, el Ángel de Aralar no ha visitado el Palacio de Navarra por orden expresa de María Chivite y tampoco ha podido acceder a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, ya que el Gobierno foral ha vuelto a prohibir que la efigie del Ángel de Aralar pueda entrar al edificio.
No ha habido explicaciones más allá de la aconfesionalidad para prohibir esta tradición en la que tradicionalmente jueces, fiscales, abogados, procuradores juristas; junto con los funcionarios de la administración de justicia, participaban activamente.
Mientras la visita a la sede del Gobierno de Navarra hace imposible cualquier acto de respeto de los socialistas a la historia de Navarra, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha esquivado el intento de Chivite por prohibir la tradición de Navarra con un acto en la calle.
De hecho el Ángel de Aralar ha sido recibido en la plaza exterior del edificio de la Audiencia de Navarra en el barrio de San Juan, algo que ya tuvo que hacer el año anterior ante la censura de Chivite.
El presidente del Tribunal Superior ha recibido al Capellán de San Miguel, con el Ángel de Aralar en la calle en el exterior del Palacio de Justicia de Pamplona.
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