Ayoze Paz García tiene 32 años. Nació en La Laguna (Tenerife) y desde muy pequeño vivió en la casa de sus padres en Todoque, un barrio de Los Llanos de Aridane en La Palma. Vino a Pamplona en 2009 a estudiar enfermería. "Y aquí me quedé", dice tras asegurar que se siente "un navarro más".
Vive ahora con su novia navarra Ana en Barañáin, pero guarda su acento canario con orgullo. Ha trabajado de enfermero y ahora lo hace como periodista con diferentes proyectos en una empresa de agencia deportiva.
La tragedia de La Palma le toca muy de cerca. Sus padres y su hermana están fuera de la isla, pero su casa sigue en pie y está dispuesto a sacar de ella lo que pueda. Para ello está decidido a viajar en avión cuanto antes y pasar el 'duelo' mirando a la lava cara a cara, a la espera de si su casa se salva o no del desastre en el barrio de Todoque.
"En mi barrio está ya la lava. La verdad es que fue muy chocante. Al principio salió el aviso de riesgo amarillo y había muchos seísmos. Uno lo ve como que no va a pasar... y pasó. Yo me enteré por un wasshap que decía "explotó" y empezaron las llamadas y los vídeos. Fue todo muy confuso porque no sabíamos exactamente dónde había salido la lava", asegura Ayoze.
"Todo lo que es mi casa pertenece a los Llanos de Aridane. Todo fue muy rápido, llamando. No te lo terminas de creer y más estando fuera. El barrio es una zona extensa y mi casa está hacia el barrio de Las Manchas. Disminuyó la velocidad de la erupción y se ensanchó la lava. Hace dos días salió por otra zona de la montaña, que se llama de la montaña rajada, y ahora está bajando por ahí y va más rápido que la original".
Recorrido aérero sobrevolando desde el barrio de Todoque (donde se encuentra la lengua de la lava) hasta el origen. pic.twitter.com/1HCVQSBByH
— Ayo (@Ayozaurus) September 21, 2021
"En esa zona hay muchas casas, cultivos y ahora mismo no se sabe hacia dónde va a ir, pero lo más fácil es que vaya hacia abajo que es donde está mi casa. Al lado está el cementerio de las manchas y una montaña que se llama de cogote. Si choca puede ir recto a mi casa", explica con el temor de que eso ocurra.
En su casa ahora no hay nadie. "A mis padres les pilló fuera. Tenían un viaje programado a Mallorca de hace un montón de tiempo. Al avisar de manera preventiva se llevaron a la perra a casa de unos familiares, los discos duros, algunas fotos y cosas de valor sentimental. Al día siguiente sucedió todo esto. Mis padres están fatal porque no saben como gestionar esto y tienen miedo de volver a casa y encontrarse con la realidad porque tampoco pueden hacer nada. Si entras allí te dan quince minutos escoltado para sacar las cosas como puedas y volverte", indica.
"El martes tienen mis padres el vuelo de vuelta a Tenerife y no saben si quedarse allí o no. Mi hermana es médico. También está en Mallorca, trabaja allí, y no está preparada para ir allí. En mi caso yo quiero ir. Yo lo veo de otra forma. Necesito ir, actuar. Por lo menos sacar algunas cosas, lo que pueda si me dejan. Despedirme de ella porque igual no la vuelvo a ver y ayudar al resto de la población como sea", asegura con resignación ante la tragedia.
Ayoze reconoce que hay un montón de voluntarios colaborando: "La gente joven está ayudando de manera excelente ofreciendo sus coches, sus furgonetas. Yo a mis padres les animo pero es como un duelo preventivo porque es imposible asimilarlo. Siempre tienes la esperanza de si se para la lava y sale por otro lado. 700 metros parece nada pero otros vecinos tienen la lava encima a un metro".
"Para mis padres ss su casa, preciosa, es su tesoro, la hicieron ellos. Nunca les va a faltar casas de familiares y se pueden dedicar a viajar, pero esa es solo la teoría", comenta.
"Ahora mismo estoy en un grupo de gente joven que nos pasamos información de lo que pasa en la isla. Te pasan vídeos y tienes que chequear de que hora es. Yo me siento útil explicando a mi familia lo que sucede. Te gustaría ver una cámara aérea todo el rato para ver por donde va la colada del volcán", comenta Ayoze Paz.
"Ahora hay que esperar. Es la incertidumbre. Un duelo en vida. Necesito estar activo y sentirme realizado ayudando. Muchos familiares se han quedado en casa de mis abuelos, dos de ellos han perdido la casa. Necesito estar allí y mis padres tranquilos de que yo estoy allí. Mi pareja está preocupada por si el aire que respiras es tóxico y te estas exponiendo, aunque lo entiende", comenta sobre su futuro viaje a la isla.
"Tenía pensado el viaje de Pamplona a Madrid y otro a la Palma directo, ya que al ser aviones con hélices no se puede meter la ceniza. Igual voy primero a Tenerife por si acaso y luego en veinte minutos a la Palma o en un Ferry. Hay políticos y periodistas que han dicho, desafortunadamente, que atrae y mejora el turismo. Para nada es así", dice ante la magnitud de los hechos.
"Es una catástrofe. La gentes están llorando y llorando. Ves que se han colapsado carreteras porque hay gente que quiere ir a verlo. Ahora mismo asimilo que puedo perder la casa, pero creo si veo la casa como se derrumba lo asimilé mejor que si llego allí y de repente veo un desierto".
Por último, asegura que hay muchas formas de donar en el cabildo de La Palma y en los ayuntamientos del Paso y de Los Llanos para ayudar a todas las personas que están sufriendo en primera persona esta dura situación.
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