Cuando en el año 2015 el bar Río tuvo que cambiar de local, del número 13 al número 15 de la calle San Nicolás, sus propietarios colgaron en el nuevo establecimiento un marcador que contaba el número de fritos de huevo vendidos.
"En el local viejo contábamos los que vendíamos por previsión, pero cuando nos trasladamos pensamos que sería buena idea llevar la cuenta exacta", señala Roberto Recasens, propietario del bar.
De color negro y con los número señalados en rojo, el marcador de seis cifras echó a andar el 15 de enero de 2015 y en apenas seis años ha alcanzado la cifra del millón de huevos vendidos. A través de un programa, las maquinas registradoras conectan con el contador y todos los días a las 8.00 horas suma las unidades vendidas en la jornada anterior.
"La previsión que teníamos era llegar al millón de huevos vendidos en 10 años. Ha sido mucho más rápido de lo esperado", explica Recasens, que atribuye la prontitud de la cifra al tamaño del nuevo local y la posibilidad de atender a más clientes.
Una cuenta que ya ha sido restablecida y permanecerá a cero durante unas horas, hasta que vuelva a reflejar la venta sin descanso de fritos de huevo del Río.
Y es que desde que abre sus puertas a primera hora de la mañana hasta que las cierra por la noche, al mítico bar de la calle San Nicolás no deja acudir gente demandado esta variedad del frito, llegando vender 3.000 unidades por día en fechas como los Sanfermines.
"Ahora mismo acabo de servir 20 huevos. Tan solo dejamos de hacerlos dos horas al mediodía y por el Covid", comenta el dueño del local.
Precisamente fue la pandemia la que no permitió que se alcanzará la cifra del millón de huevos en junio de 2020 como estaba previsto. Un hito que los trabajadores del local no han podido, por el momento, celebrar como tenían pensado.
"Queríamos hacer una fiesta pero la pospondremos", concluye Recasens.
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