• martes, 03 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

Carlos, un policía foral en la DANA de Valencia: "Fueron las tres peores horas de mi vida"

A pesar de sus 34 años de trayectoria profesional en el cuerpo policial, asegura que nunca había visto nada igual. 

El comisario de Policía Foral Carlos Yárnoz abraza a una mujer en Paiporta. SERGIO MARTÍN / POLICÍA FORAL / CEDIDA
El comisario de Policía Foral Carlos Yárnoz abraza a una mujer en Paiporta. SERGIO MARTÍN / POLICÍA FORAL / CEDIDA

Una llamada, un mensaje o una simple frase. La vida te puede cambiar en un instante. Carlos Yárnoz, comisario de Seguridad Ciudadana de la Policía Foral, lo sabe bien. Hace ahora una semana pasó la tres horas más angustiosas de su vida intentando saber si sus familiares, vecinos de Torrent estaban bien tras la Dana. Ahora, él mismo se encuentra en Valencia, junto a otra veintena de policías forales, ayudando a los damnificados por el desastre natural

"El lunes por la tarde, cuando vi por las noticias qué estaba pasando en Valencia, casi me da un infarto", confiesa este policía foral. Su prima reside en Torrent con su familia. "Tiene un hijo con parálisis cerebral. Le llamaba y no me cogía. Yo me imaginaba que igual había ido a buscar a mi sobrino y me ponía en lo peor", lamenta. 

Tres horas de llamadas constantes sin respuesta que tuvieron un final feliz en forma de mensaje de texto: "Hola Carlos. Estamos bien. No hay cobertura". 

Sólo unos días después de este episodio que parecía sacado de una película de terror, el Gobierno de Navarra decidió mandar a la zona cero de la catástrofe a 30 bomberos y una veintena de agentes de la Policía Foral para apoyar a las autoridades locales. Entre ellos, el propio Yárnoz. "Mi prima ya me advirtió de que no estábamos preparados para lo que nos íbamos a encontrar". 

Agentes de la Policía Foral trabajan en las labores de limpieza tras los estragos de la DANA. POLICÍA FORAL
Agentes de la Policía Foral trabajan en las labores de limpieza tras los estragos de la DANA. POLICÍA FORAL

Desde el primer momento, Yárnoz y sus compañeros tuvieron claro que en Valencia tenían que ser autosuficientes. No querían molestar en mitad de una catástrofe con miles de afectados. "Empecé a llamar a familiares y amigos para buscar un lugar para dormir", cuenta. 

La solución llegó de la mano de Avapace (Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral), entidad a la que está vinculado su sobrino. "Nos han dejado su sede y se están portando de maravilla", agradece. Y pone de relieve que los valencianos, aunque lo han perdido todo, se están volcando con la gente que va a ayudarles. "El primer día dormimos en colchonetas, pero al siguiente, cuando llegamos por la noche, nos encontramos con que nos habían puesto unas almohadas", ejemplifica. 

La sede de Avapace se encuentra en la propia ciudad de Valencia. Los bomberos y policías forales desplazados hacen todos los días el recorrido de ida y vuelta desde la capital hasta las zonas más afectadas. "Impresiona mucho el contraste. En Valencia, la vida sigue y se ve, incluso, gente en las terrazas. Pero te alejas quince kilómetros en coche y el escenario es dantesco", confirma. 

Preguntado por si había visto algo parecido en su dilatada carrera como policía foral, se queda callado. Su mente viaja unos 34 años atrás, cuando patrullaba con el padre de la periodista que escribe estas líneas: "En aquella época, cuando llegábamos a un accidente de tráfico, era relativamente habitual que nos encontrásemos con cinco fallecidos, por ejemplo. Tu padre y yo mirábamos por el espejo retrovisor y veíamos a 90 grados de horror. Aquí son 360 grados de desastre. Mires donde mires". 

Se vuelve a hacer el silencio. Y justo después responde de forma más directa, con la voz entrecortada por la emoción: "No, no había visto nada igual. Deseo con todas mis fuerzas no tener que volver a verlo". 

El grupo de policías forales comenzó a trabajar sobre el terreno este lunes: "Primero estuvimos en Picaña haciendo controles de acceso con la intención de evitar que se colapsasen las vías", explica el comisario de Seguridad Ciudadana. Después, se trasladaron a Paiporta, localidad en la que se les ha asignado una zona de responsabilidad. "Estamos coordinando la maquinaria pesada. No hay acera y la gente anda por la carretera", especifica. 

Pero sus labores van mucho más allá. "En realidad, estamos haciendo un poco de todo", reconoce. "Hoy hemos limpiado mucha basura. Es una gozada porque pides ayuda y te aparece un montón de gente dispuesta a colaborar". De hecho, han conseguido reclutar unos 40 voluntarios para hacer a mano lo que no podían las máquinas. 

"También estamos ayudando a mucha gente mayor. Hemos llevado a un hombre al hospital. Llevaba desde el día de la DANA con una fractura", cuenta. Esta es sólo una de las muchas historias humanas que se ha encontrado estos días. "Hemos llorado mucho", asegura. "He echado una mano a una mujer a pasar por una zona resbaladiza. Me ha abrazado llorando. Nos hemos emocionado". 

Estos días su jornada laboral se ha alargado. "Salimos a las ocho de la mañana y regresamos pasadas las ocho de la tarde", puntualiza. E insiste en que no le importa. Todo sea por ayudar a los damnificados por la DANA. "Ayer -por el lunes- no pudimos comer hasta las 19:30 horas. Y por la adrenalina casi no teníamos ni hambre". 

"A esta gente no le queda nada", comenta disgustado. "En Paiporta ya no hay ningún comercio. Todos fueron arrasados por la DANA", lamenta. "Lo han perdido todo". 

Yárnoz permanecerá en Paiporta hasta el viernes, cuando está previsto que llegue el relevo desde Navarra. Precisamente, este miércoles, la Policía Foral ha anunciado que enviará a Valencia material decomisado a detenidos por distintos delitos que pueda ayudar en las labores de limpieza.

En concreto, según ha difundido el cuerpo policial desde sus redes sociales, se trata de herramientas como cizallas, martillos, mazos, picos o palancas, entre otras. Algunas de ellas "con autorización expresa, al estar en depósito judicial", como motobombas, bombas de agua, mangueras, o martillos hidráulicos, entre otras.

"Me siento culpable"

Yárnoz cierra la conversación con una confesión que pone los pelos de punta: "Me siento culpable". Y la explica. "Estos días he reflexionado mucho y he llegado a una conclusión. Hemos fallado como sociedad".

En ese sentido, insiste en que no es cuestión de echar culpas a unos u a otros: "Aquí, hemos fallado todos. Puede que los políticos un poco más, vale. Pero los ciudadanos también", apostilla. Y prosigue: "Vivíamos muy acomodados y la naturaleza nos ha puesto en nuestro lugar".

Este policía foral pone ya la vista en el futuro: "Cuando esté todo limpio, empezará lo duro. Poco a poco, habrá que empezar de cero. Y, entonces, tendremos que sumar todos. No vale restar". 

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