Un estudio liderado por el Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra y publicado en Lancet Healthy Longevity, una de las revistas más influyentes en el ámbito de la Geriatría y parte del prestigioso grupo The Lancet, subraya la importancia de detectar a tiempo la fragilidad asociada a la demencia para frenar el deterioro cognitivo y físico de quienes la sufren.
Según el Dr. Miguel Germán Borda, geriatra e investigador principal del estudio, “la fragilidad es una condición de salud que aumenta la vulnerabilidad de las personas, haciéndolas más propensas a complicaciones frente a situaciones como enfermedades, infecciones, caídas, hospitalizaciones, cambios en el entorno o estrés emocional, debido a que su cuerpo tiene menos capacidad para hacer frente a estos retos. Se manifiesta con pérdida de fuerza muscular, disminución del estado físico, menor resistencia a esfuerzos, problemas en la movilidad y en el estado nutricional”.
El estudio presenta una guía con 16 recomendaciones basadas en un consenso de expertos y una revisión exhaustiva de la literatura científica. Los especialistas destacan que el diagnóstico de la fragilidad no debe ser responsabilidad exclusiva de los geriatras, sino que debe involucrar también a otros profesionales de la salud como psiquiatras, terapeutas, anestesistas y médicos de Familia. Además, resaltan la necesidad de valorar este síndrome clínico en todos los pacientes con demencia, deterioro cognitivo o en riesgo de padecerlo.
La guía, dirigida tanto a profesionales de la salud como a familiares, enfatiza la importancia de adoptar un enfoque más integral en el cuidado de pacientes frágiles con demencia. Este enfoque abarca aspectos clave como la nutrición, la promoción de la actividad física adaptada a las capacidades del paciente, el desarrollo de estrategias para prevenir caídas, la revisión y gestión de los efectos adversos de los medicamentos y el apoyo psicosocial.
Además, aborda cuestiones sociales importantes como la soledad, el aislamiento social, la salud mental, especialmente en relación con la depresión y la ansiedad, y la adaptación del entorno para hacerlo más seguro, promoviendo la máxima autonomía e independencia. Todo ello dentro de un marco de colaboración interdisciplinar para garantizar una atención integral.
La demencia es un síndrome caracterizado por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas, que puede incluir dificultades con la memoria, el razonamiento o el lenguaje, entre otras capacidades. Según la Sociedad Española de Neurología, el 8% de las muertes en España se deben a esta enfermedad.