SOCIEDAD
'Jergón', el temido guerrillero carlista con más de 200 muertes a sus espaldas en Navarra
Su historia ha llegado hasta nuestros días gracias a unas fotografías realizadas por Leandro y Dublán en 1876 en la cárcel de Pamplona.
Su historia ha llegado hasta nuestros días gracias a unas fotografías realizadas por Leandro y Dublán en 1876 en la cárcel de Pamplona.
Ezequiel Llorente Aguerri, alias 'Jergón', fue un guerrillero del bando Carlista que cometió una serie de terribles crímenes en Navarra. Por este motivo, se ganó la fama de ser uno de los asesinos más sanguinarios de la época. Su historia ha llegado hasta nuestros días gracias a tres fotografías tomadas en 1876 por el estudio fotográfico Leandro y Dublán.
Las fotografías fueron tomadas en la antigua cárcel de la Ciudadela de Pamplona, cuando Llorente estaba preso. Y se sabe que la serie original contenía seis poses, de las que solo se conservan tres: dos en el Archivo General de Navarra y una tercera en el Museo del Ejército.
En ellas aparece el guerrillero ataviado con pobres ropajes, la boina carlista, armado y con unas ajadas abarcas, por las que asoman sus pies. El escenario es simple: una manta esparcida por el suelo y la desconchada pared de la cárcel de la Ciudadela. En una de las imágenes, se le observa pensativo, ligeramente ladeado y apoyado sobre un fusil.
Estas fotografías, más allá de la aportación documental sobre la vida de este jornalero tudelano, han pasado a la historia porque van acompañadas de un documento de cesión de derechos. Se trata de un texto, firmado ante notario, en el que el preso cede los derechos de reproducción de la imagen fotográfica a Domingo Dublán, el fotógrafo que lo retrató.
Aunque no es frecuente encontrar un documento de estas características en una época tan temprana en España, presumiblemente, esto tiene que ver con la afición por coleccionar retratos de la población en esos años. Y, es más, aquellos de criminales, asesinos y malhechores eran muy demandados por aquel entonces. Con dicho documento, el fotógrafo quedaba autorizado para reproducir cuantas copias quisiera de estas fotografías y distribuirlas.
En el momento en el que se tomaron las instantáneas, el reo Llorente se encontraba en la cárcel de Pamplona acusado de los crímenes de la sima de Igúzquiza. Según los documentos de la época, nació el 9 de abril de 1841 en Tudela. Y poco se sabe sobre sus primeros años de vida, más allá de que era hijo de un mulero de esta localidad. Sí que ha trascendido que se casó con una viuda llamada Sebastiana Tantos.
Llorente se empleó durante sus años de juventud como jornalero. Pero se alistó en el ejército cuando tenía 34 años. Dejó a su mujer y sus cinco hijos en Tudela para apoyar al bando Carlista y defender la causa de Carlos VII. Se sabe que participó en la Batalla de Oroquieta, donde los carlistas sufrieron innumerables bajas. Pero Llorente pudo escapar y ponerse a salvo.
En ese momento se une a la partida de Félix Domingo Rosa Samaniego y comienza a utilizar el alias de 'Jergón'. Poco a poco, se empiezan a extender rumores de que estaban cometiendo barbaridades. No es para menos, durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), la sima de Igúzquiza se convirtió en el escenario de unos terribles crímenes. Junto a Rosa Samaniego, Llorente se dedicó durante años a matar a personas por la creencia de que eran colaboradores de los liberales.
Se cree que los dos pudieron acabar con la vida de hasta 200 personas. Mujeres y hombres. Jóvenes y ancianos. No había distinción. Algunos, incluso, eran arrojados vivos a la sima. Cuentan las crónicas de la época, que 'Jergón' era el más temible de los dos. Tras pasar el día recorriendo Estella y los valles de alrededor en busca de confidentes y espías liberales, llegaba a una taberna con los pantalones arremangados. Y contaba a los presentes que cada vuelta del pantalón correspondía a una de las personas que había lanzado ese día a la sima.
Pero la derrota de su bando en la Tercera Guerra Carlista en 1876 desencadena el principio del fin para el guerrillero Llorente. Samaniego huye a Francia y le deja solo a su suerte. Un día, Llorente es reconocido en la taberna de Los Arcos. Concretamente, es el tabernero el que avisa a los guardias. Lo hacen preso y lo llevan a la cárcel de este pueblo. Posteriormente, es trasladado a la de Pamplona.
Es en ese momento cuando se le toman las fotografías. De hecho, se presupone que 'Jergón' fue fotografiado entre el 23 de marzo (fecha en la que llega detenido a Pamplona) y el 15 de abril (fecha que figura en el documento de cesión de los derechos de reproducción de las fotografías).
En la cárcel de Pamplona aguardó este asesino hasta que se dictó sentencia sobre su caso. Un hito que llegó el 19 de diciembre del mismo año en el que fue detenido. Dicha sentencia fue publicada en un periódico de la época: 'Eco de Navarra'. Por lo que queda constatado que fue condenado a muerte. Llorente fue fusilado a los pies de la sima de Igúzquiza y la leyenda que se creó en torno a su temible figura cuenta que, posteriormente, su cuerpo fue arrojado a ella, como él hizo en tantas ocasiones con sus víctimas.
Según consta en la sentencia del caso de Ezequiel Llorente Aguerri, alias 'Jergón', la declaración de 42 testigos fue fundamental para poder hacerlo responsable de los siguientes crímenes:
La sentencia también clarifica que los testigos hablaban de muchos otros casos que no pudieron ser probados, por lo que no constan oficialmente en el listado de crímenes que se le atribuye al sanguinario 'Jergón'. No obstante, es sabido por todos que perpetró muchos más.
De hecho, se llevó tanta fama de temible que durante muchos años, incluso después de su muerte, se le comparó con el hombre del saco en muchos pueblos de la zona. Así las cosas, muchos niños de Tierra Estella crecieron durante generaciones con esta amenaza: "Si te portas mal, vendrá 'Jergón' y te llevará".