El sacerdote Ignacio Belzunce Manterola, de 54 años y natural de Pamplona, ha fallecido este jueves 2 de enero en el Hospital La Paz de Madrid, donde permanecía ingresado desde el pasado 25 de diciembre, día de Navidad, tras sufrir un accidente de bicicleta que le causó un grave traumatismo craneoencefálico. La noticia ha sido confirmada por el colegio Orvalle, de Las Rozas (Madrid), donde era capellán desde septiembre de 2024.
El accidente ocurrió en una pendiente cerca del Santuario de Nuestra Señora de Valverde en Madrid, cuando el sacerdote perdió el control de su bicicleta y cayó al suelo, golpeándose violentamente la cabeza. Unos paseantes que se encontraban en la zona dieron aviso a los servicios de emergencias, quienes constataron desde el primer momento la gravedad de las heridas. Desde entonces, Belzunce permanecía en coma, luchando por su vida.
Ignacio Belzunce nació en Pamplona el 4 de mayo de 1970. Era el cuarto de cinco hermanos, hijo de Jesús (fallecido en 2003) y Elena. Estudió en el Colegio Claret Larraona y se licenció en Ingeniería Industrial en la Universidad de Navarra, en la escuela TECNUN. En junio de 2001, fue ordenado sacerdote por monseñor Javier Echevarría, entonces prelado del Opus Dei.
Belzunce dedicó más de dos décadas al acompañamiento pastoral en colegios. Comenzó su labor como capellán en el Colegio de Fomento El Prado (2002-2014), continuó en el Colegio de Fomento Montealto (2014-2024) y, desde septiembre de 2024, ejercía como capellán en el colegio Orvalle. Según ha señalado el centro educativo en un comunicado, "Ignacio Belzunce se proponía cada día escuchar a los alumnos y transmitirles que Dios los mira con amor en todos los momentos de la vida".
La familia del sacerdote ha agradecido las muestras de apoyo y oración recibidas durante los días que permaneció ingresado. En un emotivo mensaje, han destacado: “Hemos experimentado cómo la oración congregada en torno a él ha sido un testimonio de la comunidad de fe que él mismo cultivó con tanto amor y dedicación. Ignacio fue y sigue siendo una escalera hacia el cielo para muchos. Su vida, llena de entrega, nos enseñó a vivir en comunión con Dios”.
El colegio Orvalle también ha expresado su pesar por la pérdida de su capellán: "Su palabra siempre fue un faro de luz para quienes lo escucharon, y su vida fue un ejemplo de entrega y servicio".
Ignacio Belzunce será recordado como un hombre de fe profunda, cuya vida estuvo marcada por su labor pastoral y su capacidad para conectar con las personas que lo rodeaban. Su legado espiritual perdurará en las comunidades en las que dejó su huella, especialmente entre los estudiantes y familias de los colegios donde ejerció su ministerio.
La misa funeral por el alma de Ignacio Belzunce se celebrará en los próximos días, en un acto que congregará a familiares, amigos y fieles que lo conocieron y lo recuerdan con cariño y gratitud.
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