Las Javieradas de 2025 ya tienen fecha confirmada para los miles de peregrinos que se ponen en marcha hacia el Castillo de Javier en uno de los eventos más esperados del año en Navarra. Los dos fines de semana que se destinarán a esta tradicional peregrinación serán el 8 y 9 de marzo y el 15 de marzo, coincidiendo con la Novena de la Gracia, que comienza el 4 de marzo.
La primera Javierada será el fin de semana del 8 y 9 de marzo. El sábado 8, a las 17:00 horas, se celebrará la misa de acogida del peregrino, seguida de una oración en Sangüesa a las 20:00 horas. El domingo 9, la jornada comenzará con el Vía Crucis a las 8:00 horas, partiendo desde Sangüesa hacia Javier, y a las 10:00 horas se celebrará la misa mayor ante el castillo de Javier.
La segunda Javierada tendrá lugar el sábado 15 de marzo, con el Vía Crucis a las 15:00 horas desde Sangüesa, y la misa será a las 17:00 horas, esta vez, ante el mismo castillo.
Además de estas dos fechas, el calendario de las Javieradas también incluirá otros eventos importantes, como la Javierada monástica el 4 de marzo y la Javierada sacerdotal el 6 de marzo, entre otros actos litúrgicos y comunitarios.
El arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló, ha invitado a todos a participar en esta fiesta de fe, bajo el lema del Año Jubilar de la Esperanza: "Peregrinos de la Esperanza". En su mensaje, Roselló destaca la importancia de las Javieradas como una manifestación de la fe y la solidaridad, que trasciende Navarra y llega a todos los rincones del mundo.
Este año, las Javieradas también tendrán un fin misionero especial. El proyecto solidario de este 2025 llevará la ayuda hasta Cuba, donde una comunidad de los Padres Escolapios en Guanabacoa necesita un generador eléctrico debido a los constantes apagones en la isla. Este generador será fundamental para mantener el suministro de agua y mejorar las condiciones de vida en la zona. Los peregrinos de las Javieradas, junto con todos los que deseen sumarse a la causa, podrán contribuir a este proyecto de esperanza.
Así, Javier se mantiene como un lugar de encuentro para miles de personas de todas las edades y procedencias, uniendo la fe, la esperanza y la solidaridad en un ambiente único, en el que la peregrinación se convierte en una experiencia transformadora para todos los que participan.