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SOCIEDAD

El pueblo de Navarra que atrae a miles de turistas con su espectacular 'Casa del Sol Naciente'

"Tengo 61 años y ya no tengo la energía de antes. Lo hago por capricho y por afición", asegura el dueño.

La denominada 'Casa del Sol Naciente' en la localidad navarra de Monteagudo. Cedida.
La denominada 'Casa del Sol Naciente' en la localidad navarra de Monteagudo. Cedida.

Armando Baigorri Laguardia es un panadero de Ablitas de 61 años que lleva 17 años, desde 2006, recubriendo una casa con piedras naturales en las afueras de Monteagudo, en lo que era una antigua fábrica de yesos.

Lo más curioso es que se trata de una persona autodidacta que coloca las piedras según su propio gusto. Se calcula que ha colocado cerca de un millón de piedras en la casa, aunque asegura que son cifras exageradas, desde que empezó la construcción, como revestimiento de la que ya existía de ladrillo.

Se trata de una casa de dos plantas con una superficie total de 200 metros cuadrados con una ornamentación exterior que no deja indiferente a casi nadie. Su amor por las piedras naturales y su propio ingenio han creado algo único.

La casa se ha convertido en una atracción turística de primer orden en la localidad. Ha habilitado en su interior un museo etnológico con aperos agrícolas y domésticos antiguos, propiedad del propio Baigorri.

En contacto con Navarra.com, ha asegurado: "Acudo a trabajar por las tardes cuando puedo. Tengo 61 años y ya no tengo la energía de antes. Lo hago por capricho y por afición. Me voy cansando porque la vida tiene otras prioridades como ir a la piscina por ejemplo".

"Es una cosa muy personal. No sé si estoy orgulloso de ello o si soy el más tonto. Por supuesto que me gusta que la gente lo vea, pero está incompleto en los exteriores. Tiene mucho tomate. La piedra cuesta mucho y pesan como las de Iñaki Perurena".

"Es todo a mano y no te ayuda nadie. No hay gente para la piedra, que no es lo mismo que construir con el ladrillo. Me suelo buscar a alguien que me ayude un poco en precario. Sigo en ello. Hay prisa y no hay prisa. El tiempo se pasa y no es igual que cuando era más joven", concluye Armando.

Baigorri ha contado con la colaboración de varios ayudantes, sobre todo para poder levantar algunas de las piedras que componen su obra, con pesos de cerca de 500 kilos. 

Realiza el trabajo de forma artesanal, utilizando, preferentemente, técnicas tradicionales e instrumentos antiguos e, incluso, andamios de madera. Se trata de un auténtico museo al aire libre.

Destaca la puerta de madera y forja que da acceso a la vivienda y el arco de piedra de entrada al patio, pero observando con cuidado se puede encontrar una seta y un jamón de piedra o un pararrayos hecho con‘ rayos’ de metal.

Baigorri intenta ajustar cada piedra a los huecos que se van generando conforme va cubriendo las paredes. Por eso planifica de antemano el modo en el que quiere realizar los muros. También realiza su particular trabajo de cantería labrando algunas de esas piedras para amoldarlas a los espacios que puedan quedar libres.

La parcela está rodeada de grandes esculturas de hierro forjado entre las que destaca una dedicada al Sistema Solar y una cruz gigante de 8,5 metros de alto y casi 5 de ancho hecha con herraduras que Baigorri levanta en el patio.


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