En Estella, se encuentra un lugar tan fascinante como inquietante: el Parque de los Desvelados, conocido popularmente como el Parque de las Calaveras.
Esta singular obra al aire libre, creada por el escultor Luis García Vidal en el último tercio del siglo XX, ofrece una reflexión sobre la muerte como una continuación de la vida.
Este parque es un amplio terreno decorado con enormes calaveras construidas con restos de poda de zumaque, un arbusto típico de la zona de Tierra Estella, cuyas hojas adquieren un color rojizo en otoño.
Su atmósfera tétrica y lúgubre no deja indiferente a nadie: puede provocar tanto fascinación como desagrado.
Luis García Vidal, originario de Melilla y afincado en Estella por amor desde 1971, dedicó gran parte de su vida a este proyecto.
Antes de establecerse en la ciudad del Ega, García Vidal residió en Málaga, Madrid, Tenerife, e incluso Brasil, donde ganó algunos premios de escultura. Fue en París donde conoció a Carmen Eguaras, una estellesa con la que se casó y se trasladó a Navarra.
El Parque de los Desvelados comenzó con una serie de calaveras y evolucionó para incluir coches accidentados y sillas de bebé rotas, reflejando su constante meditación sobre la muerte.
La muerte de su hermano Alberto lo impactó profundamente, llevándolo a dedicarle una de sus esculturas con una inscripción emotiva: "Esta escultura se la dedico a mi hermano Alberto, muerto a la edad de 59 años. Vivió como un artista que era y abrazó la muerte con valentía y dignidad al tener que vivir como una piltrafa humana. 1991."
Ubicado en el paraje de San Lorenzo, a unos 1,8 kilómetros del casco urbano de Estella, se accede al parque por una pista forestal que lleva a las ruinas de la ermita de San Lorenzo. Aunque la finca está vallada, la puerta permanece siempre abierta, cumpliendo el deseo de García Vidal de que el público pudiera admirar su obra.
Lamentablemente, muchas de las esculturas han sufrido actos vandálicos o se han deteriorado debido al peso de los visitantes que se suben a ellas para fotografiarse. Originalmente, las calaveras estaban erguidas, apuntando al cielo, pero hoy en día muchas se encuentran tumbadas debido a la fragilidad de los materiales.
Luis García Vidal falleció en 2008 en circunstancias extrañas, su cuerpo fue encontrado en el río Ega. Su legado, el Parque de los Desvelados, sigue siendo un lugar de reflexión sobre la vida y la muerte, atrayendo a visitantes y curiosos que buscan una experiencia fuera de lo común en Navarra.
El Parque de los Desvelados es, sin duda, un rincón de Estella que invita a la meditación y a la contemplación, dejando una marca imborrable en todos los que se atreven a explorarlo.
