Navarra esconde senderos que parecen sacados de un cuento. Y uno de los más accesibles y sorprendentes es el que recorre la Vía Verde del Bidasoa desde Santesteban.
Un camino llano y señalizado, ideal para todas las edades, que combina naturaleza, historia ferroviaria y rincones de gran belleza como la cascada de Bisusta y un puente colgante que añade un toque de aventura.
Esta ruta sigue el trazado del antiguo 'tren Txikito', que unía Behobia (Irún) con Oyeregui (Navarra), y está integrada dentro del Eurovelo 1, la red cicloturista más importante de Europa.
Aunque la Vía Verde completa tiene 40 kilómetros, en este recorrido se proponen unos 18 km en total (ida y vuelta en recorrido circular), perfectos para disfrutar sin prisas del paisaje a orillas del río Bidasoa.
El punto de partida es el pueblo de Santesteban, desde donde comienza un paseo prácticamente sin desnivel, en su mayor parte por pista cementada. El trayecto está compartido con ciclistas y algunos vehículos que acceden a viviendas situadas junto al río, pero el ambiente es muy tranquilo.
A mitad de camino, el principal aliciente: la cascada de Bisusta, un salto de agua escondido entre vegetación que luce especialmente bonito tras días de lluvia. A pesar de su fácil acceso, mantiene ese aire recóndito que lo convierte en un pequeño tesoro natural.
Tras visitar la cascada, el camino continúa hasta un puente colgante de estructura original que cruza el río y conecta con una carretera local apenas transitada. Tras recorrer un tramo asfaltado, un desvío permite retomar el sendero verde por otro puente y regresar cómodamente a Santesteban.
La ruta está totalmente señalizada y es perfecta para hacerla también con niños, aunque hay que tener en cuenta la distancia. No obstante, se puede acortar si se decide comenzar en Sunbilla, lo que reduce el recorrido a unos 10 kilómetros.
No presenta ninguna dificultad técnica y puede hacerse en cualquier época del año. La vegetación del entorno ofrece sombra durante casi todo el trayecto, lo que la hace ideal también para los meses de verano.
En definitiva, una escapada perfecta para quienes buscan una ruta fácil en Navarra, rodeada de paisajes naturales, con agua, historia y cero complicaciones.
Este camino es Ideal para disfrutar de la naturaleza en familia o con amigos, con la recompensa de una cascada escondida y un puente colgante en los que los excursionistas pueden hacerse bonitas fotografías que quedarán en el recuerdo.
