El cáncer de próstata se posiciona como el tipo de tumor más frecuente en hombres, siendo la tercera causa de fallecimiento a causa de enfermedades oncológicas, superado únicamente por los cánceres de pulmón y colon. De acuerdo con datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, se estima que 1 de cada 8 hombres será diagnosticado con esta afección, siendo la mayoría de los casos en personas mayores de 65 años. La Clínica Universidad de Navarra dispone de un tratamiento eficaz que no sólo cura este cáncer, sino que también preserva la salud urinaria y sexual.
Con el incremento de la prevalencia de esta enfermedad, se han intensificado también los proyectos de investigación y las opciones terapéuticas para enfrentar este desafío de salud pública. En el Centro de Próstata de la Clínica Universidad de Navarra, se sigue fomentando el avance de la terapia focal, avalada por el hecho de que el 85% de los pacientes que han recibido tratamiento con electroporación irreversible en este centro han conseguido controlar el tumor en la zona afectada. Adicionalmente, todos los hombres que han optado por esta técnica han mantenido su continencia urinaria, y más del 91% preserva su potencia sexual previa a la intervención.
La electroporación irreversible es una técnica no térmica de ablación de tejidos que permite la destrucción celular a través de pulsos eléctricos cortos y de alto voltaje. El éxito médico de esta terapia ha posicionado al Cáncer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) como un centro de referencia internacional para la formación de urólogos de todo el mundo.
La terapia focal de próstata está indicada para pacientes con tumores de bajo riesgo o intermedio, con lesiones visibles en la resonancia y que no desean tratamientos radicales. Como destaca el Dr. Bernardino Miñana, director del Centro de Próstata y coordinador del área dedicada a este tumor en el CCUN, su aplicación “exige una selección rigurosa de los pacientes que podrían beneficiarse de este tratamiento. Por eso, es obligatoria la caracterización del cáncer mediante la realización de resonancia magnética y biopsias transperineales utilizando sistemas de fusión”. Actualmente, más del 10% de los pacientes con cáncer de próstata que acuden al CCUN son tratados de esta manera.
Según el Dr. Miñana, junto al avance en esta técnica, el Centro de Próstata sigue investigando las respuestas terapéuticas para el cáncer de próstata de alto riesgo, que puede comprometer la vida del paciente, estudiando la combinación de cirugía y radioterapia con alto índice de éxito clínico, preservando también la continencia urinaria en un número significativo de pacientes. “Ahora mismo, este centro pionero ofrece oportunidades en 360 grados para el diagnóstico de patologías relacionadas con la próstata, centrándose en un tratamiento personalizado para cada hombre, porque no hay ningún hombre ni ningún tumor con las mismas características”.
El uso de la protonterapia como opción terapéutica oncológica avanza progresivamente, también en el caso del cáncer de próstata, ya que la experiencia clínica demuestra su eficacia y su capacidad para minimizar o evitar la radiación en los órganos sanos circundantes, reduciendo los efectos secundarios sobre la funcionalidad urinaria y sexual de los pacientes. “Esta radioterapia externa es cada vez más relevante en el rescate de los pacientes en los que el tumor ha progresado tras el tratamiento inicial”, subraya el Dr. Miñana.
Según el Dr. Mauricio Cambeiro, especialista del Área de Cáncer de Próstata del CCUN, entre las ventajas de este tratamiento se encuentran “el máximo control, el mínimo riesgo y la preservación de la funcionalidad. Tanto las características de la protonterapia como las avanzadas prestaciones de los equipos actuales para su administración nos permiten plantear un tratamiento muy ambicioso en términos de curación, de reducción del riesgo de complicaciones y de aumento de las expectativas de preservación de funcionalidad, tanto eréctil como urinaria, de cada paciente”.
La protonterapia es un tipo de radiación terapéutica que utiliza partículas subatómicas cargadas con propiedades físicas especiales. A diferencia de la radioterapia estándar con fotones, esta opción reduce la radiación en los tejidos sanos y funcionales adyacentes a la próstata, como el recto, el intestino, la vejiga o las bandeletas neurovasculares, estructuras nerviosas que permiten la erección.
