Un menor de edad ha sido detenido en Pamplona tras protagonizar una fuga a pie por la calle Yanguas y Miranda, en pleno centro de la ciudad. Los hechos ocurrieron alrededor de las 21:50 horas de este jueves, cuando una patrulla de proximidad de la Policía Municipal se aproximó a un grupo de jóvenes que se encontraba reunido en la zona.
Al percatarse de la presencia policial, todos comenzaron a correr en distintas direcciones, tratando de eludir a los agentes. La rápida reacción de la patrulla permitió interceptar a uno de ellos, que resultó ser un menor de edad. Durante el registro, los policías descubrieron que el joven portaba un cuchillo karambit de dos caras, un tipo de arma blanca ilegal con hoja curvada y doble filo, diseñada originalmente para el combate cuerpo a cuerpo.
El hallazgo activó el protocolo correspondiente: el arma fue requisada, se avisó a los padres del menor y este quedó bajo su custodia. Según fuentes municipales, no se registraron incidentes ni resistencia durante la intervención.
El karambit es un cuchillo originario del sudeste asiático, especialmente de Indonesia y Malasia, cuyo nombre significa “garra” en el idioma local. Su diseño se caracteriza por una hoja curvada de entre 7 y 10 centímetros y un anillo de seguridad en el mango que permite un agarre firme y movimientos rápidos. Aunque en su origen era una herramienta agrícola para cortar cuerdas o cosechar frutas, con el tiempo se convirtió en un arma utilizada en artes marciales tradicionales como el Silat o el Kali.
Por su poder de corte y su uso frecuente en contextos violentos, el karambit está prohibido como arma de porte en España. La Policía Municipal ha recordado en varias ocasiones que portar cuchillos o navajas en vía pública sin justificación constituye una infracción grave y puede derivar en responsabilidad penal, especialmente cuando se trata de menores de edad.
La intervención en la calle Yanguas y Miranda se enmarca dentro del trabajo habitual de las patrullas de proximidad, que recorren el centro de la ciudad para prevenir altercados y detectar conductas de riesgo entre grupos juveniles.