COMERCIO LOCAL
Cierra una cafetería un año después de abrir y deja un local vacío en la avenida más concurrida de Pamplona
El local ha bajado la persiana un año después de ofrecer desayunos y vermuts en pleno centro.
Una cafetería, situada en plena avenida Carlos III de Pamplona, ha cerrado sus puertas apenas un año después de su apertura. El local, que ofrecía desayunos, almuerzos, picoteo y vermuts, se encontraba en el tramo entre las calles Tafalla y la avenida Roncesvalles, en un chaflán muy visible y transitado del centro de la ciudad.
El cierre deja vacío un espacio con una gran afluencia de paso y un enorme potencial hostelero, donde muchos pamploneses recuerdan el antiguo pub Le Parisien, que cerró en 2017.
Desde entonces, el establecimiento había permanecido años sin actividad, cubierto de grafitis, hasta que en 2024 volvió a abrir sus puertas bajo el nombre de La Fábrica.
Cuando se inauguró, su equipo explicó que el proyecto nacía con la intención de “fabricar sueños e ilusiones”. La idea partió de su propietario, Andrés, junto a la jefa de camareros, Virginia Arias Triulzi, quien llevaba dos décadas viviendo en Navarra. Ambos apostaron por crear un espacio acogedor, donde el trato al cliente fuera lo más importante.
“Queríamos darle prioridad a la comodidad y al servicio personalizado. Hay algo que no se puede cuantificar con dinero, y es la atención que recibe cada cliente”, explicaba entonces Arias. La cafetería, sin rótulo exterior, buscaba distinguirse con una estética moderna y un ambiente familiar, en el que “detrás de cada café había muchas historias”.
Durante su primer año, La Fábrica se consolidó como un punto de encuentro para quienes buscaban un desayuno tranquilo o un aperitivo al sol en la avenida más emblemática de Pamplona. Sin embargo, la actividad ha llegado a su fin. El local vuelve a quedar disponible a la espera de un nuevo proyecto que devuelva la vida a este rincón cotizado del centro.