Las fiestas de Santa Ana no han hecho más que empezar y, después del día del lanzamiento del cohete, inician los encierros por las calles de Tudela.
El encierro de Tudela se ha sometido a algunos cambios con el tiempo debido a que se buscaba crear un recorrido menos recto para frenar a los toros más veloces. El encierro recorre la calle Frauca, la cuesta de la Estación, el camino Caritat, la calle Carmelo Baquero Jacoste, la avenida Zaragoza y finaliza en la Plaza de Toros de Tudela.
Aún con estos cambios, los rápidos encierros de la capital de la Ribera navarra no dan tregua y tras terminar con esos breves minutos de tensión, entran muy bien unos churros con chocolate caliente.
Eso es exactamente lo que Joaquín Lizar y sus amigos estaban haciendo frente al vallado del encierro. "Después del encierro nos ha apetecido un buen chocolate con churros. Este primer encierro nos ha parecido muy bueno, pero el ganado estaba un poco desbocado porque un novillo ha pegado una coz a uno y luego a otro le han corneado", explica Lizar.
"Yo soy tudelano de toda la vida y claro, yo a los encierros de las fiestas de Santa Ana no puedo faltar. En comparación con años anteriores, siento que Santa Ana va a retomar el mismo nivel que tenía cuando la familia Chopera dirigía la Plaza de Toros de Tudela", continúa Lizar.
El tudelano, que al igual que sus amigos, supera los 70 años, añade incluso más valor a las fiestas de Santa Ana de este año, nombrando a importantes figuras del mundo del toro que llegan a Tudela: "Con la gran figura de Pablo Hermoso de Mendoza, Roca Rey y Manzanares es que se ha formado un cartelazo. Y luego con Diego Ventura y El Fandi es que no se puede pedir más".
A pesar de que a la cuadrilla de Joaquín Lizar le gusta mucho los toros, el primer día del encierro han optado por no verlo. "El primer día siempre está a tope la plaza, así que vamos a pasar. Pero todavía no nos vamos a casa. Vamos a bajar a buscar al resto de nuestro grupo para irnos a almorzar. Así va con los viejos como nosotros: almorzar y poco más", comenta Lizar.
A pesar de que prefieren no confesar su edad exacta, sí que aseguran que no están "para correr, como antes", pero siguen viniendo para rememorar el pasado y lo emocionantes que eran las fiestas de Santa Ana. "Nosotros hace años que no corremos el encierro. Lo corríamos cuando echaban a las vacas y cuando todavía la cuesta de la plaza de toros era de grava", finaliza el grupo.
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