Demostrado: el nacionalismo vasco odia Navarra
Y llegó el 14 de julio con el sabor agridulce propio de una fiestas que ya finalizan, por una parte la tristeza de no poder empezar mañana otro largo día con un buen y emocionante encierro y por otra parte con el alivio que supone poder dar por fin un descanso a un cuerpo puesto a prueba durante 9 días.