• sábado, 26 de abril de 2025
  • Actualizado 14:57

Opinión

Uno se pregunta si, como escribía el otro día Arcadi Espada, debe el periodismo participar en la organización de una farsa

Tras conocer la última noticia informando de como la Policía del aeropuerto de Zaventem-Bruselas ha decidido activar de nuevo la convocatoria de huelga que había lanzado antes de los trágicos atentados del 22 de Marzo, puede parecer que el título de este artículo sea cortoplacista, pero es la cruda realidad, que desde ya hace tiempo los analistas en seguridad y defensa llevan haciendo; y para confirmarlo está la hemeroteca.

Mientras deciden si se reúnen los equipos o los líderes a tres o a cuatro, va pasando inexorablemente el tiempo y se acerca el fatídico dos de Mayo, ya sin vuelta atrás.

Poco más de tres semanas, algo menos de un mes. Es lo que nos falta para que se cumpla el fatídico veredicto que se teme ya casi un ochenta por ciento de los españoles sometidos a diversos sondeos.

Llevo una temporada dándole vueltas en la cabeza a algo que nunca antes me había preocupado: la envidia, envidia sana como decían nuestros mayores, a los himnos y banderas de algunos países y sobre todo al respeto que muestran los ciudadanos de esos lugares cuando suena en actos oficiales.

No sé ustedes pero yo no me termino de aclarar sobre si finalmente va a ser posible un acuerdo entre el PSOE-PODEMOS-Ciudadanos o si las cosas están donde estaban.

En las últimas Navidades, antes de la llegada de los Reyes Magos, me jugué dos cenas con otros tantos amigos a que Pedro Sánchez sería presidente del Gobierno, con el apoyo implícito o explícito de Podemos.

El cansancio ha tomado cuerpo en la opinión pública. Después de más de cien días sin Gobierno y con estudiadas escenas de encuentros y desencuentros, con paseo y libro dedicado incluidos, nos encontramos, además de cansados, en una especie de túnel o de laberinto, en el que, sin duda, falta la transparencia prometida. 

Nunca había caído en lo similar de sus nombres, y ahora que no está ninguno y se repasan sus carreras para ponerlos en valor es curioso la de similitudes que se pueden encontrar.

Mariano Rajoy no se mueve. Está a la espera del resultado de las maniobras de Pedro Sánchez empeñado en cazar con Pablo Iglesias y en pescar con Albert Rivera.

La Unión Europea no puede seguir ignorando la deriva autoritaria del presidente Erdogan por más que la canciller alemana Angela Merkell se empeñe en hacer la vista gorda con tal de que Turquía empiece a hacerse cargo de los refugiados que han llegado a la puerta de Europa huyendo de la guerra.

Salvo en China, parece que nadie sabe qué hacer con un jarrón chino. Se les sabe valiosos, pero de difícil encaje ornamental.

No hay causa más justa que la de los trabajadores del campo, y, en particular, la de los trabajadores del campo andaluz, que han sufrido secularmente como ningunos otros las sevicias de la explotación más degradante y despiadada. 

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han reunido para explorar si es posible sacar adelante una investidura antes de volver a convocar a los ciudadanos a las urnas para ver si han cambiado de opinión desde el pasado 20 de diciembre. 

Iglesias y Sánchez han realizado la escena del sofá, pero eso no garantiza que pueda haber un Gobierno a la vista porque aunque Pablo Iglesias haya hecho ostentación de estar dispuesto "a no ser vicepresidente" -pero, hombre, ¿no decíamos que el hambre de cargos era un mal de la casta?- si eso impide un acuerdo de progreso y de cambio, hay muchos problemas de fondo por resolver. 

Se necesita escasez de responsabilidad política para que todos hayan traspasado la frontera de los cien días sin haber dado ni un solo paso hacia la solución del terrorífico impasse con origen en las elecciones del 20 de diciembre.

Pese a que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han dado cita este miércoles, el aplazamiento del Congreso del PSOE parece indicar que en la cúpula socialista dan por hecho que habrá que repetir las elecciones. 

Mariano Rajoy ha rectificado su negativa a comparecer en el Congreso para informar sobre los últimos acuerdos de la última cumbre europea sobre los refugiados. 

César Alierta deja la presidencia ejecutiva de Telefónica. La compañía emitía ayer un comunicado en el que anunciaba este hecho y añadía que Alierta seguirá en el consejo de administración de la teleco y al frente de la Fundación Telefónica.

Suena el despertador, son la ocho de la mañana del Viernes Santo, sales a correr, desayunas, lees el periódico a ver qué ha escrito Arizmendi en opinión y Mendiburu en Desolvidar.

Pasado el corto paréntesis vacacional de la Semana Santa, ahora sí que empieza de verdad la cuenta atrás para la formación de un nuevo Gobierno, o en caso de no conseguirlo, para la celebración de unas nuevas elecciones. 

En algún sitio he leído, o escuchado, que la Plaza de la Bolsa, alfombrada éstos días de flores y velas en dolorosa memoria de las víctimas de los recientes atentados, es "el corazón de Bruselas".

No está todo dicho sobre el origen del Estado islámico, la organización terrorista que ha reivindicado los últimos atentados que han conmovido a Europa. 

Valencia fue el epicentro del mundo taurino durante su feria de fallas, más allá del ruedo, el sector dijo “Basta” para salir a la calle

Ninguna persona, en su sano juicio, comparte la situación que están padeciendo los refugiados que vienen a Europa huyendo de la guerra para salvar sus vidas.

Sabíamos por Aristófanes  lo mucho que la política le debe al teatro pero el  teatro que estamos viendo estos días en España supera con creces el listón de la farsa.

El atentado de Bruselas no es un atentado más, después de Londres, París o Madrid. Es una masacre que desafía a las instituciones europeas

Otra vez muertos, otra vez miedo y otra vez la veda abierta para los debates para ver quién tiene razón. Otra vez. Con la sensación además de que no será la última vez, y volveremos a asustarnos, volveremos a discutir, y a no hacer nada serio para solucionar el problema. Eso sí, siempre podemos quitar o poner una bandera.  Y arreglado.

Pocas Semanas Santas tan terribles como ésta. Y, sin embargo, pocas tan cercanas a la cultura cristiana, al mensaje de Dios, a la fe sobre la que se construyó Europa hace muchos siglos.

El llamado Pacto Antiyihadista, suscrito por casi todas las fuerzas políticas, es una declaración, más que de intenciones, de una sola intención,

Matar a uno para aterrorizar a mil. O a un millón. Este es el objetivo de quienes perpetran atentados para allegar  fines políticos o de otra naturaleza.

"Lo que os espera será más duro y amargo" afirman en un comunicado los "jefes" del Estado Islámico que han reivindicado los atentados en Bruselas.

De nuevo nos aturde el absurdo grito nihilista "viva la muerte", de amarga memoria hispana (aquel Millán Astray de la Salamanca de Unamuno) 

Entrar en la sala de facturación de un aeropuerto con una maleta repleta de explosivos, adentrarse entre la multitud, apretar con sangre fría el detonador y provocar una masacre de ciudadanos inocentes es el último paso de un proceso psicológico y social que empieza mucho antes. 

Pues sí, el viaje de Barack Obama a La Habana se puede calificar de histórico aunque en demasiadas ocasiones se califica de "histórico" cualquier cosa,

A raíz de la incapacidad que la Unión Europea está mostrando ante los refugiados sirios, se ha puesto de moda entre algunos políticos españoles “castigar” a Europa retirando su bandera de los balcones donde ondea oficialmente.

Vuelve la burra al trigo o mejor dicho la Ikurriña al mástil y no me “malpiensen” no estoy comparando la Ikurriña con una burra, ni el mástil con el trigo, simplemente el dicho es el dicho, yo no lo he inventado.

Cuando Zapatero afirmó -mientras contaba nubes- que los acuerdos a los que llegara su sucesor Pedro Sánchez serían los mejores, me permití echarme a temblar; los augurios y los hechos del ex presidente socialista han sido sistemáticamente catastróficos y equivocados en tres direcciones: dejó al PSOE al borde del abismo, levantó los fantasmas del pasado, echó gasolina a las brasas de los nacionalismos, fue incapaz de ver la crisis y hundió en la miseria la economía española.

El maniqueismo, esa rusticidad del pensamiento, hace estragos en las seseras de los españoles, o, como diría Podemos, de "la gente".

El periodo vacacional de la Semana Santa que ha comenzado este pasado fin de semana y que se prolongará hasta el próximo lunes de Pascua afectará no solamente a los ciudadanos que puedan disfrutar de estos días repartidos entre los pasos procesionales y el mar o la montaña, sino también a los dirigentes políticos en sus negociaciones para formar un nuevo gobierno.

La mayoría de los jerarcas, una vez alcanzado el Poder, se obsesionan con pasar a la Historia. A los presidentes españoles les entró un empecinamiento con la idea de acabar con ETA, y a los presidentes estadounidenses les solía influir una obcecación por Cuba.

No hace falta ser constitucionalista para descifrar al litigio entre el Congreso de los Diputados, constituido el pasado 13 de enero, y el Gobierno en funciones desde el día después del 20-D.