Fernando Satrústegui Azpiroz es un navarro de 57 años que sigue trabajando en su librería de Pamplona desde hace más de 30 años: "Este verano hará 31 años nada más", asegura.
Se trata de la librería Ínsula que está situada en la calle Francisco Bergamín 15, en plena Plaza de la Cruz del segundo Ensanche de la capital navarra. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de una frutería que está en la esquina de la Plaza de la Cruz con la calle San Fermín, Frutiner, que tiene gran éxito, o la tienda Zona Sofá de Aarón Martín y Javier Hernández.
Fernando Satrústegui es un pamplonés que estudió periodismo en la Universidad de Navarra. Posteriormente, colaboró en Navarra Hoy y trabajó varios años en el Diario de Jeréz, pero terminó regresando a su ciudad "echaba mucho de menos mi tierra" y decidió abrir la librería Ínsula.
"Fue en un momento de crisis y la abrimos mi socio (Emilio Juliá) y yo, y nos va muy bien. Seguimos los dos y espero jubilarme con esto. Por lo menos esperamos estar otros diez años. Está claro que acertamos con el sitio elegido para abrirla". Abren todos los días del año, salvo Navidad y Año Nuevo.
"El sector del libro no va mal ahora mismo. No nos podemos quejar. Da una imagen a veces de que es un sector que puede estar en crisis por la irrupción de las nuevas tecnologías y porque cierran muchas librerías, pero la verdad es que no se puede decir que vaya mal el sector del libro", explica Fernando.
"Muy al contrario, se edita muchísimo, se publica mucho y el libro es un artículo con muy buena prensa, con muy buena acogida y aceptación. No se puede decir que esté en crisis", asegura Fernando.
"Mientras nosotros gocemos de buena salud, la librería seguirá con buena salud. Por supuesto. Recientemente ha cerrado una librería por jubilación, pero no porque el sector ande mal, sino porque algunas no se adaptaban a los nuevos tiempos o tenían algún problema de gestión con mucho personal, etc".
"Yo creo que ahora mismo no es un mal negocio, pero eso sí hay que trabajarlo. Es de mucha constancia y eso hace que las cosas salgan. Es un sector y un trabajo muy bonito", afirma Fernando.
"Mi experiencia aquí es grata, pero hay que trabajar y darle la vuelta al tema trabajar cara al público que a veces no es grato, pero por lo demás está muy bien".
Fernando indica que la librería "es una mesa con muchas patas y se sostiene bien. Solamente del libro ahora es complicado vivir, aunque es nuestro fuerte, pero todo lo demás ayuda mucho a que las cosas vayan bien" como la fotocopiadora, revistas, prensa y el material de oficina que también venden.
"Cuando salió la venta online en internet parecía que se iba a comer todo el pastel pero al final se ha comido un trozo del pastel. Tiene sus limitaciones y hay gente por ejemplo que se resiste al Ebook o libro electrónico".
En cuanto al relevo en la librería, lo ve difícil: "No creo porque mis hijos tienen sus estudios y carreras y les va muy bien. Por otro lado, exige muchísimo trabajo y dedicación, y la gente joven no la veo con la capacidad de sacrificio que teníamos los de antes", concluye Fernando Satrústegui.
