COMERCIO LOCAL
Telmo salva la tienda de su familia en Pamplona: "No me lo iba a perdonar nunca"
El pamplonés Telmo Sanz Oteiza se decidió a coger las riendas del negocio de su familia tras leer el reportaje a su padre en este periódico.
El pamplonés Telmo Sanz Oteiza se decidió a coger las riendas del negocio de su familia tras leer el reportaje a su padre en este periódico.
La centenaria Ferretería Sanz de Pamplona tenía los días contados al poner el cartel de traspaso en el mes de enero de este año, pero un reportaje en este periódico sobre la tienda ha hecho recapacitar a Telmo Sanz, que se ha decidido a continuar en el negocio como cuarta generación.
La Ferretería Sanz está situada en la calle Mayor 35 del casco viejo de la capital navarra. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección o apartado de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la histórica tienda Deportes Zariquiegui que dirige Patxi Zariquiegui, hijo del éxárbitro navarro Daniel Zariquiegui, o la tienda de fotografía Foto Mena en el número 36 de la calle Mayor.
La ferretería Sanz es un negocio centenario. Enrique Sanz Cuellar abrió la tienda en el año 1922 en el casco viejo de Pamplona. Posteriormente, fue su hijo Javier Sanz Lacambra el que tomó el testigo del negocio.
Años más tarde, fueron los hijos de Javier, Enrique y Ernesto Sanz Vergara, los que le dieron el relevo, del que solo queda Enrique. Ahora, el hijo de Enrique, Telmo Sanz Oteiza, ha decidido evitar el cierre y trabajar junto a su padre como cuarta generación de la familia.
"Todo ha sido a raíz de esa noticia sobre la ferretería en Navarra.com. Me la mandó un amigo por WhatsApp en un grupo donde estamos mi primo y yo. Me lo pensé y dije no me lo voy a perdonar nunca si no seguimos en la tienda. Cambié de opinión y es lo mejor que he hecho la verdad", asegura Telmo Sanz que acaba de cumplir 24 años.
"Lo que más me echaba para atrás era el horario, pero es una gozada ya que no madrugo, luego tengo tiempo libre al mediodía para hacer mis cosas y por la tarde puedo estar hasta medianamente tarde al no madrugar. Abrimos a las 10 de la mañana a 13,30 y de 17 a 19,45 horas y el sábado a la mañana", asegura Telmo.
Antes de decidirme trabajaba en Asurmendi en ferretería industrial y he hecho ferias vendiendo productos artesanos y empresas de transportes. Estoy con muchísimas ganas de hacer cosas. Ahora un amigo ha empezado a digitalizar la tienda en una página web y luego llegará el día fatídico de ponerse a hacer el inventario de la tienda".
Poco a poco se va haciendo a todo lo que tiene en la tienda: "La gente en lo viejo está encantada de que siga. Contentísimos. Me dicen que es algo que no se puede perder. Yo explico el producto que me piden, si es más barato o más caro para que decidan. Todo genial, Mi padre mejor no me puede enseñar. El abuelo está emocionado, es el que está más contento de que la tienda no se pierda".
Nada más terminar la navidad decidió coger el toro por los cuernos: "Empecé con un poco de miedo, pero no ha podido salir mejor. El trato con la gente es muy amable. Muy contento. Lo que más se vende son sartenes, cuchillos, navajas y cafeteras, todo lo que tenemos en casa que algún día se rompe", concluye Telmo Sanz.
El padre de Telmo, Enrique Sanz, asegura: "Estábamos con la mosca detrás de la oreja hasta Navidad por el posible cierre de la tienda, sobre todo mi padre estaba de bajón. Fue salir el reportaje que me hiciste, lo leyó Telmo y me dijo que iba a muerte con la tienda. Sobre todo le ha gustado a mi padre, que está encantadísimo".
"A Telmo le dije que empezara a ver si se hacía con la tienda y con la gente. Le veo feliz. Estoy enseñándole todo porque hay mil cajas. Le veo muy centrado y a ver si dura. Yo me voy enseguida dos días de vacaciones y le dejaré solo. Si hace falta que me haga una llamada y ya está, pero no hará falta", asegura Enrique Sanz.
"Creo que Telmo va a triunfar y el abuelo está feliz en casa. Es el que más contento está. Yo me jubilaré en septiembre pero le ayudaré en verano, y sobre todo en Sanfermines que es cuando más jaleo hay. Felices todos y muchas gracias", concluye Enrique Sanz.