El bar restaurante La Oveja Negra de Pamplona se ha convertido en toda una referencia por su comida casera y tradicional. Las manitas de cerdo, los callos y los morros son algunas de las especialidades de un local donde desde el comedor se puede ver cómo se trabaja en la cocina a través de una cristalera.
La Oveja Negra está situado en la calle Irunlarrea 13 B en el barrio de Mendebaldea. El local es muy acogedor, no muy grande, con una decoración muy cuidada, y además dispone de una amplia terraza en el exterior en una zona peatonal. Solo cierra los martes.
Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra. Como es el caso, por ejemplo, de la tienda Kanel, el nuevo obrador que sorprende y deleita por su gastronomía argentina.
La dueña del bar restaurante la Oveja Negra es Yolanda Sahún García de 53 años, que va a cumplir muy pronto los diez años desde su apertura en 2015. Vino a estudiar a Pamplona y se quedó en la ciudad. Ya es una pamplonesa más: "Aquí he hecho mi vida y mis hijos han nacido en Pamplona".
Yolanda estudió ingeniería, pero enseguida se dio cuenta que lo suyo era la cocina: "Me matriculé en la escuela de hostelería de Burlada. Hice el grado superior de restauración. Trabajé en sitios de prestigio aprendiendo mucho y mi ilusión era tener un rinconcito mío".
"Hace casi diez años tuve la oportunidad de abrir este local. Nosotros le damos mucha importancia a que la comida sea totalmente casera. Lo hacemos todo nosotros. Por eso tenemos unas ventanas donde puedes ver en todo momento como trabajamos en la cocina. No tenemos ni aparato microondas".
"Tenemos una carta que mantenemos siempre. Los platos más emblemáticos son las manitas de cerdo rellenas de jamón ibérico y los callos, patas y morros que son platos que requieren mucho trabajo y normalmente en casa es difícil que la gente los prepare", indica Yolanda.
Hay también un menú del día "que vamos cambiando cada poco tiempo para que el cliente habitual no se aburra y no se canse. Cada semana son de una temática diferente, bien cocina típica de una zona de España o de otro país. Ahora tenemos cocina de otoño con mucho producto de temporada".
En cuanto a los clientes, Yolanda señala: "Los clientes fijos que tenemos son casi como una familia y el equipo que tengo es fantástico y llevamos muchos años juntos. El que menos tiempo lleva conmigo son tres años. Nos vamos defendiendo pese a las dificultades".
El nombre de 'La Oveja Negra' se debe a una broma familiar: "A mi madre no le gustó la idea de que estudiara hostelería después de ser ingeniera. Me dijo en broma que era la oveja negra de la familia y mi hijo, que entonces tenía ocho años, me dijo que si tenía un restaurante algún día no me atrevería a ponerle el nombre de la oveja negra, y se lo puse. Es nombre un poco diferencial y distinto, que es lo que proponemos".
Yolanda destaca que los jueves, viernes y sábado abren por las noches para cenas. En cuanto a su equipo de trabajo, destaca: "Mi jefe de cocina lleva casi quince años conmigo, Mikel Alfaro, y es el brazo ejecutor. En cocina están Irina y Andi. En sala está Maika que se encarga de casi todo, además de Cristina y Keisa", concluye Yolanda Sahún.
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