El mundo del fútbol ha recibido un duro golpe. Apenas han pasado tres semanas desde el fallecimiento del guardameta Gonzalo Gómez cuando la Sociedad Deportiva Logroñés ha anunciado la muerte de Miguel Ledo, un futbolista querido y respetado por su dedicación y liderazgo en el campo.
Con solo 34 años, el central riojano deja una huella imborrable en la historia del club tras batallar con una leucemia que le apartó de los terrenos de juego. El Club Atlético Osasuna ha mostrado su pésame a toda su familia, así como a las personas más cercanas de la Sociedad Deportiva Logroñés.
Tanto Ledo como Gonzalo Gómez compartían más que una amistad. Su pasión por el fútbol comenzó en las canteras del CD Berceo y del Balsamaiso, desde donde ambos avanzaron hacia la SD Logroñés, club en el que debutaron en 2009. Desde entonces, y partiendo de la categoría Regional Preferente, recorrieron juntos el camino hacia las divisiones superiores, llegando a competir en la tercera categoría nacional, consolidándose como referentes dentro de la afición riojana.
Durante sus trece años en la Sociedad Deportiva Logroñés, Miguel Ledo se ganó el título de 'eterno capitán', un apodo que se ajusta tanto a su constancia en el equipo como a su carisma en el campo. Los hinchas aún recuerdan su gol en el último minuto frente al Deportivo de La Coruña en Riazor, una imagen que permanecerá viva en la memoria colectiva del club y sus seguidores.
En junio de 2022, el central tomó una dura decisión: abandonar temporalmente el equipo para centrarse en su tratamiento contra la leucemia. Aunque había tenido la intención de volver a jugar con el Haro Deportivo, su último club, la enfermedad truncó esa posibilidad.
