Roberto Torres, uno de los jugadores más emblemáticos de la historia de Osasuna, ha regresado este domingo a Tajonar, aunque no con los colores rojillos, sino con la camiseta del Nàstic de Tarragona.
El centrocampista navarro, que acaba de ser fichado por el equipo catalán, ha debutado con su nuevo club en un partido que, por casualidad, lo ha enfrentado a Osasuna Promesas.
El choque ha terminado con empate (1-1), pero la gran historia del encuentro ha estado en la figura de Roberto Torres, quien durante casi una década fue capitán del primer equipo rojillo. El jugador, de 35 años, ha vuelto así al lugar donde se formó como futbolista y donde debutó en las categorías inferiores y en el filial antes de dar el salto al primer equipo.
Torres vistió la camiseta de Osasuna entre 2013 y 2022, acumulando ascensos, una histórica permanencia en Sabadell y momentos inolvidables para la afición. En enero de 2023, puso fin a su vínculo con el club y emprendió una aventura en el fútbol de Irán, donde jugó durante una temporada y media. Ahora, ha regresado al fútbol español y su debut con el Nàstic ha coincidido, de manera simbólica, con su vuelta a su casa de Tajonar.
Antes del inicio del partido, el presidente de Osasuna, Luis Sabalza, ha querido homenajear al futbolista entregándole un cuadro con tres fotografías de su etapa en Osasuna Promesas en 2011. Un gesto que refleja el cariño que la entidad y la afición siguen teniendo por uno de los jugadores más queridos de los últimos tiempos.
Roberto Torres debutó con el filial rojillo en 2007 y dio el salto al primer equipo en 2011 de la mano de José Luis Mendilibar, en un partido ante el Málaga en La Rosaleda. Ahora, su carrera continúa en Primera RFEF, aunque su nombre quedará siempre ligado a la historia de Osasuna.
