Los baúles del legado de Sarasate han reaparecido en Pamplona después de haber estado extraviados durante décadas. El Ayuntamiento de Pamplona ha recuperado cuatro contenedores vinculados al músico pamplonés Pablo Sarasate, localizados en dos habitáculos que habían permanecido ocultos en el Archivo Municipal.
El hallazgo se ha producido hace pocas semanas, durante los trabajos de organización e inventariado del patrimonio histórico-artístico. En el interior, el consistorio ha localizado 55 piezas de gran valor, entre ellas pinturas, esculturas y una carta manuscrita del compositor alemán Félix Mendelssohn.
La recuperación la ha presentado este viernes el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron Saez, junto a la archivera municipal Beatriz Marcotegui Barber. Según han explicado, los cuatro baúles de madera estaban en la cuarta planta del Seminario Viejo de San Juan, sede del Archivo Municipal.
Los baúles, identificados con los números 1, 5, 7 y 8, han aparecido cerrados con candado y sellados con lacre de cera roja y sello del Ayuntamiento de Pamplona. Dentro se han encontrado grabados, fotografías dedicadas, prendas de ropa y la carta autógrafa de Mendelssohn, además de otros elementos.
Junto a los baúles, el personal del archivo también ha localizado objetos sueltos, como una vitrina expositora de bastones y una silla de estilo neoclásico lacada en marfil patinado. Todo este material se ha dado por perdido desde el periodo comprendido entre 1985 y 1991.
Con esta recuperación, el consistorio ha señalado que el legado de Sarasate vuelve a estar completo. Los principales elementos se mostrarán en una nueva sala-museo del Hijo Predilecto de Pamplona, prevista en el Civivox Pompelo, accesible al público como estableció el músico en su testamento.
El propio Pablo Sarasate, fallecido el 20 de septiembre de 1908, donó a la ciudad “relojes, alfileres de corbata, anillos, alhajas con diamantes, condecoraciones, coronas, palmas, diplomas, bronces, cuadros, bustos y recuerdos”. También legó su violín Vuillaume y numerosos muebles de su casa de París, con la condición de que se expusieran en una sala con su nombre.
El primer Museo de Sarasate se instaló en la antigua Casa Consistorial, en una sala habilitada en la última planta. Tras la demolición del edificio en 1951, el museo se desmontó y parte del contenido se depositó temporalmente en la Caja de Ahorros Municipal, mientras el resto se trasladó a la Escuela de Artes y Oficios de la calle Compañía.
El nuevo museo se ubicó en la planta baja del Conservatorio Pablo Sarasate, en la calle Aoiz, e inauguró el 10 de marzo de 1965. Sin embargo, pocos años después se tuvo que desmontar de nuevo por motivos de seguridad.
El 5 de marzo de 1976, las piezas de joyería se guardaron en dos cajones dentro de la caja fuerte de la Caja de Ahorros Municipal. El resto se distribuyó en once cajones numerados, cerrados y precintados, que se depositaron provisionalmente en el Museo de Navarra el 1 de septiembre de 1977, mientras otro conjunto de documentos, fotografías y muebles se condujo al Archivo Municipal.
En marzo de 1985, esos once cajones del legado de Sarasate se trasladaron a la cuarta planta del edificio del Seminario Viejo de San Juan, ya habilitado como Archivo Municipal. A finales de 1990 se autorizó el gasto para instalar allí el Museo de Sarasate y el 6 de marzo de 1991 se aprobó el proyecto.
Cuando el archivero de entonces acudió a reconocer los elementos que se iban a exponer, solo encontró siete cajones en la cuarta planta. Faltaban precisamente los identificados con los números 1, 5, 7 y 8, los mismos que ahora se han recuperado, y la pérdida no se comunicó públicamente.
Pese a esa ausencia, la sala-museo se inauguró el 28 de mayo de 1991 en la capilla del Archivo Municipal sin los materiales de esos cuatro baúles. Más adelante, en septiembre de 2008, el museo se trasladó al rehabilitado Palacio del Condestable, donde permanece hasta la actualidad.
En su momento se barajaron hipótesis sobre un posible extravío y traslado a otros depósitos, pero nunca se localizó el material pese a varias investigaciones. Tras el hallazgo, se ha abierto ahora un periodo de revisión de la documentación para determinar qué ocurrió exactamente y adoptar medidas para evitar que vuelva a repetirse.
El material recuperado se catalogará, se valorará y se reintegrará al legado de Sarasate. El Ayuntamiento lo incluirá en el nuevo proyecto de musealización encargado para la reubicación de la colección en el Civivox Pompelo, en el segundo Ensanche, a partir de 2026. ¿Cómo han podido permanecer ocultos durante tanto tiempo unos baúles sellados en el propio Archivo?
Entre los elementos recuperados destaca un busto del tenor roncalés Julián Gayarre, realizado por el escultor Mariano Benlliure en 1890. Según se ha explicado, esta pieza no forma parte del legado en sentido estricto, aunque quedó asociada desde 1951 por los traslados derivados del derribo de la antigua Casa Consistorial.
Gayarre y Benlliure coincidieron en Roma en 1889, cuando el escultor realizó el original en arcilla o cera que se utilizó después para la fundición en bronce, tras la muerte del tenor. Entre 1892 y 1925, la pieza estuvo colocada en el Teatro Real de Madrid.
Tras el cierre del Teatro Real en 1925, el escultor recuperó el busto y lo regaló a los sobrinos y herederos del músico, Fernando y María Luisa Herrero Gayarre. A través del escultor Fructuoso Orduna, lo donaron al consistorio pamplonés en 1944 y el busto se entregó al Ayuntamiento el 8 de noviembre, aunque no llegó a colocarse en el Teatro Gayarre como estaba previsto.
Después se perdió su pista hasta 1951, cuando se incorporó al inventario del legado Sarasate con motivo de las obras de derribo. Entonces se depositó en el Museo de Navarra, dentro del cajón número 5, uno de los que ahora se han recuperado.
Además, en 2018 un ciudadano advirtió la presencia de un busto de Gayarre, realizado por Benlliure, en el despacho de presidencia del Palacio de Navarra. Tras preguntar en el Ayuntamiento, denunció la situación ante el Defensor del Pueblo, y un informe concluyó que ese busto era de propiedad municipal, por lo que el Gobierno de Navarra lo entregó en 2021 al consistorio.
Con el hallazgo del busto de Gayarre dentro del material recuperado, se ha comprobado que existen dos ejemplares de la misma obra: uno firmado por el propio Benlliure, que pertenece a Pamplona, y otro firmado solo por el fundidor, que es el que tenía el Gobierno de Navarra. El hallazgo ya se ha comunicado al Ejecutivo foral.