En el año 1965, la construcción de la torre de Erroz en Pamplona supuso un antes y un después en la modernidad de la ciudad y sus edificios. Corrían tiempos en los que la capital navarra comenzaba a levantar sus primeras torres como el edificio Singular o la torre Basoko.
Situado en inicio de lo que es el barrio de San Juan, junto al que fue el antiguo campo de fútbol de San Juan, desde sus inicios la torre de Elorz se erigió como unos de los grandes edificios modernos de Pamplona, condición que ha ido perdiendo con los años desde un lugar privilegiado de la ciudad.
Y es que, lo cierto, es que desde l cruce de la calle Vuelta del Castillo con el inicio de la avenida de Barañáin 'vigila' la parte antigua de Pamplona y sirve de entrada a los nuevos barrios de San Juan y, más lejos, Ermitagaña y Mendebaldea.
La torre de Erroz debe su nombre a Carlos Erroz, un constructor que se atrevió a llevar a cabo un edificio de viviendas de primer nivel. El edificio, además se levanta sobre el solar en el que estaba situado el chalet de Secundino Erroz.
Alberga viviendas de lujo, de grandes dimensiones, entre 180 y 300 metros cuadrados cada una, cuatro por planta, y todas exteriores. Entre los inquilinos de este selecto edificio se encontraban en su día diputados, parlamentarios forales, consejeros, magistrados, empresarios, etc...
Lo más característico del edificio es su forma de mariposa, con las últimas plantas escalonadas con terrazas a diferentes alturas para conseguir una mejor iluminación. Ello le da un carácter diferente a todo lo que se había construido en Pamplona.
Se enmarca en el movimiento moderno. En concreto, fue edificada entre 1964 y 1965, un año después que las Torres de Huarte, otra obra diseñada por ambos arquitectos, también moderna, pero con características diferentes.
De la construcción, de 16 pisos, con una planta en forma de mariposa, se subraya por los expertos que “resuelve distintas tipologías con diferentes orientaciones, dando como resultado una torre coronada por unas terrazas en forma de espiral que hacen que la silueta de Pamplona sea reconocible en ese punto”.
Según el arquitecto Leopoldo Gil Nebot, "se buscó una solución de planta que, además de cumplir correctamente el programa de necesidades de viviendas de alto nivel, con las habitaciones exteriores, buenas orientaciones, espacios amplios, etc..., dieran una configuración exterior lo menos rígida posible" al edificio.
Fernando Redón estudió Arquitectura en las Escuelas Superiores de Barcelona y Madrid, donde obtuvo el título en 1957 y se doctoró en 1968. Fernando Guibert estudió Arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Madrid titulándose en 1957, obteniendo el título de doctor en Arquitectura por la Escuela de Madrid en 1967.
