Los socialistas están intentando por todos los medios camuflar la realidad con mentiras en torno a la moción de censura que desalojará a UPN de la alcaldía de Pamplona y de negar la existencia de un pacto previo para encumbrar a Pedro Sánchez y María Chivite a sus respectivas poltronas faltando a las promesas que sólo días atrás habían hecho a sus votantes.
Pero la actualidad y la pura realidad ha vuelto a dejar en evidencia la palabra de los miembros del PSN-PSOE. Este martes, en la copa navideña que Moncloa ofreció a los medios de comunicación, el presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez no pudo morderse la lengua y continuar con la farsa a la que ha enviado a sus ministros y secuaces y terminó reconociendo que está dispuesto a ejecutar los acuerdos que mantiene con Bildu también en los ayuntamiento del Valle de Egüés, Barañáin y Estella, donde UPN, al igual que sucede en Pamplona, gobierna en minoría.
Y lo justificó con una frase que han recogido varios medios allí presentes: "¡Si nos están llamando escoria!”.
Eso sí, obvió por completo lo que el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, negó el día que presentaron la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona, desmontando la propia mentira que todavía algunos de sus ministros, y especialmente en Navarra la presidenta Chivite y el propio Alzórriz, se empeñan en mantener: que la moción de censura a Ibarrola está relacionada con una supuesta parálisis de la ciudad, y no con el bloqueo deliberado y maleducado de los socialistas, negándose a negociar cualquier cosa con UPN, sabedores de que el pacto con Bildu tenía que ejecutarse cuando Pedro Sánchez accediera a la presidencia del Gobierno.
Pedro Sánchez fue más allá y defendió la "normalización" del partido que llevaba terroristas con delitos de sangre en sus listas electorales.
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