Con emoción, devoción y hasta besos a la efigie. Así han recibido este martes tres concejales del PSN al Ángel de Aralar en el Ayuntamiento de Pamplona en una recepción oficial celebrada en el consistorio de la capital navarra, tal y como marca la tradición.
Esta postura de los ediles socialistas contrasta con la actitud sectaria de la presidenta de Navarra, que prosigue en su ataque a las tradiciones de Navarra. Comenzó con San Francisco Javier, patrón de todos los navarros, al que no visitó el 3 de diciembre, y prosigue ahora con la prohibición de acceder al Palacio de Navarra a la efigie del Ángel de Aralar.
Ni siquiera el Gobierno de Uxue Barkos, formado por los proetarras de EH Bildu y los comunistas de Podemos, se atrevió a ningunear parte de la historia de Navarra como hace María Chivite, dispuesta a todo por humillar las tradiciones de la Comunidad foral que ella no comparte y quiere eliminar.
Mientras Chivite cerraba las puertas este martes al Ángel de Aralar, sus concejales socialistas en Pamplona hacían lo contrario al mensaje de su partido y sonreían gozosos junto a la figura del Ángel de Aralar en el consistorio. Una nueva contradicción de los socialistas navarros, que demuestran de otra vez que toman decisiones de manera hipócrita, como matricular a sus hijos en la educación diferenciada que ellos mismos persiguen.
El Gobierno foral aseguró que prohibiría el acceso al Ángel de Aralar al Palacio de Navarra para "avanzar en la laicidad de los espacios públicos". Sin embargo, los concejales del PSN Maite Esporrín, Silvia Velasquez y Xabier Sagardoy han disfrutado emocionados de la recepción al Ángel de Aralar en el Ayuntamiento de Pamplona, otro espacio público.
Los tres concejales del PSN han participado en la recepción municipal de este martes, han asistido al responso, han besado la efigie del Ángel y han posado sonrientes junto a la figura y junto al párroco de San Nicolás, César Magaña.
Todo ha ocurrido este martes con absoluta normalidad, con respeto y con la participación libre de los concejales que quisieron asistir. La visita del Ángel de Aralar no es sólo un momento religioso, sino que también forma parte de las costumbres y tradiciones de Pamplona y Navarra que Chivite no soporta.
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y otros miembros de la Corporación recibieron a las puertas de la Casa Consistorial a la efigie y a su portador. A continuación la comitiva se dirigió desde el zaguán hasta el Salón de Recepciones flanqueados por la guardia de gala de Policía Municipal, en una formación encabezada por los maceros municipales y con la presencia de clarineros y timbalero.
En ese salón se ha desarrollado el acto formal en el que se ha hecho un breve responso en la capilla que solo se utiliza de manera oficial en este acto. Allí han intervenido el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y el portador del Ángel, Mikel Garciandia, mientas que el responso ha corrido a cargo del capellán párroco de San Saturnino, César Magaña.
La parte musical ha corrido a cargo del Coro San Fermín Abesbatza, formación coral de la Ikastola San Fermín, que ha interpretado "Mikel, Mikel" en castellano y euskara y "Pelegria naiziela", canción de peregrinos del siglo XV, ambas con armonización de Pascual Aldave (1924-2013).
Tras la recepción la imagen se ha ofrecido a la veneración de los asistentes para poco después dejar el Consistorio para continuar el recorrido de la tarde.
Esta misma semana, la Cofradía de las Cinco Llagas de Pamplona ha criticado la actitud censora de María Chivite por negarse a recibir al Ángel de Aralar. "El Gobierno no tiene porque ser oficialmente de una etnia, oficialmente inmigrante u oficialmente femenino para recibir y apoyar a estos grupos. La cofradía entiende que el Gobierno es aconfesional, pero igualmente no hace falta ser oficialmente cristiano para mantener una recepción secular a San Miguel de Aralar", ha señalado.
La tradición de la visita del Ángel de Aralar a Pamplona data del siglo XVII y la recepción tanto del Gobierno como del Ayuntamiento comenzó en el siglo XX.
