Circular con un automóvil que no esté asegurado es una irresponsabilidad que puede tener graves consecuencias para el infractor y el resto de usuarios de la vía.
A tenor de los datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), nuestro país cuenta con cerca de 33 millones de vehículos a motor asegurados. De ellos, en torno a 25 millones son turismos. Ello significa que un elevado porcentaje de conductores considera que el seguro de coche es esencial para estar protegido en caso de sufrir un percance.
Sin embargo, advierten desde el Gobierno, casi tres millones de vehículos carecen de seguro obligatorio. De ellos, más de 28.500 pertenecen a la comunidad foral de Navarra. Una situación, observa la Dirección General de Tráfico (DGT), que expone seriamente tanto a sus ocupantes como al resto de usuarios de las vías públicas.
En primer lugar, el organismo autónomo dependiente del Ministerio del Interior señala que los automovilistas que no hayan suscrito una póliza de seguro de coche se arriesgan a ser sancionados. En este sentido, la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor precisa que la pena pecuniaria oscila entre 601 y 3.005 euros.
En esa horquilla, la multa correspondiente a los turismos es de 1.500 euros. Una cantidad que puede incrementarse en función de factores como la gravedad del perjuicio o la duración de la ausencia de aseguramiento.
Además, podría darse el caso de que un agente ordenase la inmovilización del vehículo y su traslado a un depósito. Una circunstancia que obligaría al propietario del automóvil a afrontar los gastos de la grúa y realizar un pago para retirar el coche.
No obstante, pagar una multa y los costes asociados a un vehículo inmovilizado no es lo más grave que le pueda suceder a un conductor que no haya contratado un seguro de coche. Si provoca un accidente de circulación y causa daños a terceros, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) se encargará de resarcirlos inicialmente. Pero luego podrá reclamárselos al infractor, que deberá asumir indemnizaciones de miles de euros de su propio bolsillo.
Por otra parte, a un conductor que sufra daños personales en un siniestro de tráfico sin contrario no se le negará la asistencia en un centro médico. Pero al carecer de un seguro de coche con cobertura de Accidentes del Conductor –también conocida como seguro de Ocupantes del Vehículo–, tendrá que asumir la factura emitida por el hospital.
Y en el supuesto de que sea otro conductor el causante del siniestro, será su compañía aseguradora, o el CCS si fuese el caso, la encargada de indemnizarle. A pesar de ello, se verá obligado a pagar las multas asociadas a la falta de aseguramiento. Y también a contratar a profesionales si desea defenderse jurídicamente o reclamar daños.
En definitiva, expertos en seguridad vial y del sector asegurador coinciden en que circular sin seguro de coche es un acto irresponsable. De manera especial, por las consecuencias derivadas de un accidente de tráfico. Al respecto, Unespa precisa que la industria aseguradora atiende cada año a más de 230.000 víctimas entre lesionados, fallecidos y familiares de estos últimos.
