Los protagonistas del chupinazo, Ibai Ganuza y Leire Zabalza, han disfrutado como nadie de un momento que todos los pamploneses quisieran poder vivir desde el balcón de la Casa Consistorial, que han definido como "emotivo" y "una chulada", y que ha visibilizado el valor de la integración ante todo el mundo.
Así lo han señalado a los periodistas ambos jóvenes, pertenecientes al grupo de música Motxila 21 que está formado mayoritariamente por personas con Síndrome de Down, y a quien la ciudadanía pamplonesa eligió por votación popular para que fueran ellos quienes abrieran los sanfermines de 2018.
"Al principio hemos estado nerviosos pero luego no", ha dicho Ganuza, casi sin palabras tras vivir un acto que ha definido como "una chulada" y que ha emocionado de forma especialmente visible a su compañera Leire Zabalza.
Traía "preparado desde casa lo que iba a decir", pero al salir al balcón y ver la plaza consistorial repleta de gente se ha acordado "un poco de todo el mundo" y ha vivido una sensación "muy guay".
Sin embargo, ha reconocido que en una situación tan multitudinaria "prefiero estar arriba que abajo" en la plaza, "más limpio", ha dicho con humor sobre el vino y otros líquidos que tradicionalmente lanzan los asistentes sobre la multitud.
Por su parte, el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, quien ha acompañado a los jóvenes en el acto en el balcón de la Casa Consistorial, ha valorado el "temple" con el que han actuado y ha subrayado el valor de la "fotografía" que han ofrecido a todo el mundo, el de dos jóvenes con Síndrome de Down evidenciando que "somos iguales".
El de las personas con Síndrome de Down es "un colectivo que muchas veces ha estado, no voy a decir un poco apartado sino totalmente invisibilizado en las fiestas. Tenerlos hoy aquí, en el balcón del chupinazo con ese aplomo y esa alegría dando el inicio a las fiestas creo que es una fotografía preciosa".
Todo ello es además un mensaje de "inclusión" no solo por lo que evidencia sino por la forma en la que se ha decidido, pues "hemos pasado de una Pamplona en la que el chupinazo o lo tiraba el alcalde o decía el alcalde quien lo tiraba, a que lo lance la ciudadanía, y que la ciudadanía haya decidido que lo tire Motxila 21".
"Es impresionante", ha definido Asirón, quien ha subrayado "la lección de humanidad que nos dan los chicos y chicas de Motxila 21".