QUINTA CORRIDA
Pepín Liria, emocionado tras su reencuentro con Pamplona: "Aquí saben que soy de verdad"
La plaza pamplonesa ha pedido dos orejas y puerta grande para el torero, que ha vuelto a los ruedos 10 años después de su despedida.
La plaza pamplonesa ha pedido dos orejas y puerta grande para el torero, que ha vuelto a los ruedos 10 años después de su despedida.
Diez años después de salir por última vez por la puerta del encierro, el matador Pepín Liria ha vuelto a la arena de Pamplona para reencontrarse con su afición, la que tantas tardes coreó su nombre.
Y lo han vuelto a hacer de nuevo después del derroche de generosidad, arrojo y valentía del torero murciano, que se ha repuesto de un gran susto al ser prendido por su segundo toro y ha acabado cortando una oreja.
"Aquí saben que soy de verdad", ha valorado Liria sobre la acogida de la plaza pamplonesa. En declaraciones al canal Toros, de Movistar, el de Cehegín ha dejado claro que su intención era regresar como se fue, haciendo un acto de entrega y volcándose en cada faena.
"Yo vengo a triunfar, no a resolver problemas", ha asegurado después de que en su primer toro no pudiera acabar de demostrar la tauromaquia que aún corre por sus venas, a sus 48 años.
Rodilla en la arena, el veterano matador ha tratado de sacar adelante una primera faena que finalmente ha quedado sin premio. "Yo quería enganchar rápidamente y que la gente viera la disposición. Hay que hacer el esfuerzo y ponerse ahí, lo he intentado... A ver si el otro embiste un poco más".
Y en su segundo toro, el de la merienda, la entrega aún ha ido a más. Durante el tercio final, Pepín Liria ha sufrido un gran susto cuando ha concluido varios muletazos y se ha colocado junto al toro Ruiseñor, que se ha arrancado a embestir y ha lanzado por los aires al diestro.
Tras caer de mala manera, con la cabeza por delante, el murciano ha insistido en seguir la faena y la ha colmado con una entrada a matar que ha supuesto un colosal choque entre el hombre y el animal. El acero ha entrado limpio, pero Ruiseñor aún ha tenido fuerza para embestir a Pepín, que ha tenido que marchar a la carrera mientras la cuadrilla corría a incitar al toro para evitar una nueva cogida.
"Uno es consecuente con lo que ha sido y he estado muy dispuesto; yo volvía con todas las consecuencias, no venía a pasearme", ha explicado después el diestro.
La grada ha pedido las dos orejas para la entrega de Liria, pero el presidente de la corrida, el concejal Iñaki Cabasés, sólo ha entregado un único trofeo por este toro que ha brindado al hijo del diestro Juan Antonio Ruiz, Espartaco.
El propio Espartaco ha seguido la faena desde la barrera, donde ha asegurado que ha pasado "mucho miedo" por la reaparición de Liria. "Ha hecho un esfuerzo sobrehumano, era una faena de dos orejas", ha valorado Ruiz, que ha agradecido el brindis a su hijo por el cariño que mantienen las dos familias de toreros.
Pepín Liria también ha tenido palabras hacia su hija, que estaba viéndole desde el tendido. "A mi hija le he hecho mucho sufrir con esta reaparición", se ha sincerado, "pero he venido a significar a los toreros, tienen muchísimo mérito".
El triunfador de la tarde ha explicado así cuál fue su objetivo desde el momento en que comenzó a gestarse su reaparición en Pamplona: brindar un homenaje a los diestros trágicamente fallecidos hace uno y dos años, Víctor Barrio e Iván Fandiño.
EL JULI Y GINES MARÍN SE MARCHAN DE VACÍO
La corrida de este jueves ha supuesto otro regreso, el de Julián López El Juli, que tras un año sin participar en la Feria del Toro, ha vuelto a Pamplona.
"El que quiere estar aquí está y el que no, no. Es un puerto de montaña muy importante y a mí me gusta". El diestro ha dignificado así la plaza pamplonesa, donde no ha tenido fortuna con las dos faenas.
En la primera, El Juli ha lamentado que el toro salía a la defensiva. "Cuando había que empujar en la muleta se defendía y no me dejaba construirla la faena", ha puntualizado.
En la segunda faena ha asegurado que se ha sentido "agusto", aunque el premio de la oreja se ha esfumado. "No ha mantenido el ritmo pero ha tenido mucha nobleza y al final lo he disfrutado".
El más joven del cartel, Gines Marín, ha vuelto a pisar la arena de Pamplona tan solo 24 horas después de haber toreado ya en la plaza. Y tras las sensaciones encontradas de su primera actuación, este jueves el diestro se ha mostrado más satisfecho.
"Creo que tengo condiciones para ser figura del toreo y en ferias así hay que demostrarlo. Ayer fue difícil y hoy he podido lucir mi tauromaquia", ha asegurado tras matar a su segundo toro, que ha tenido que ser un sobrero después de que el sexto de la tarde se haya lesionado.
"Hoy he podido estar agusto. Qué pena que este toro no ha durado nada y el otro, que tenia buena condición, se ha lastimado", ha valorado Marín.