Los ha vivido desde niña y ahora, por fin, puede ponerles su firma. Este 2025, por primera vez en la historia del Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de San Fermín, una pamplonesa ha sido invitada a diseñar su propio espectáculo. Y no uno cualquiera: será el primero que se dispare, la noche del 10 de julio, en la Ciudadela de Pamplona.
Pero esa no será su única gran cita. También ha sido la encargada de preparar y supervisar el Chupinazo del 6 de julio en la capital navarra, el disparo que cada año marca el inicio de las fiestas. Son dos momentos clave en el calendario sanferminero. Y para ella, dos días cargados de “emoción, alegría y orgullo”.
No es la primera vez que sube al balcón del Ayuntamiento: lo ha hecho ya tres veces, siempre como parte del equipo de Pirotecnia Fiesta, la empresa familiar que ha sido responsable del Chupinazo durante los últimos siete años consecutivos.
Lo que sí cambia este año es el peso emocional del estreno. Porque Pamplona, dice, no es una plaza cualquiera: “Aquí somos un público muy exigente. Llevamos muchos años viendo fuegos artificiales de calidad”.
Se llama Andrea López Lana, y ha crecido entre cohetes, tracas y almuerzos con sabor a pólvora. Lleva desde febrero preparando cada uno de los disparos que iluminarán el cielo durante las fiestas. El espectáculo que ha diseñado se titula “Pamplona, color y emoción” y su nombre ya lo dice todo: una declaración de amor a la ciudad donde ha crecido, a sus gentes y, sobre todo, a la energía que se respira en cada rincón durante San Fermín.
La idea le vino precisamente en uno de esos almuerzos familiares en cuadrilla, donde el blanco y rojo lo tiñe todo y las emociones se mezclan con el olor a fritura, el vino fresco y la música de fondo. “Me he criado viendo los fuegos desde pequeña, soñando con esto. Y ahora, poder aportar algo propio a mi ciudad, es muy especial”, ha explicado.
Pamplona se viste de fiesta y también de color, el mismo que ella ha querido traducir en fuegos, ritmos y efectos. El espectáculo se ha diseñado especialmente para la Ciudadela, un recinto que permite disparos desde múltiples posiciones. “Hay que coordinar bien todos los puntos, calcular ritmos, efectos y colores. Es más complejo, pero también mucho más espectacular”, ha contado.
Ese día no estará sola. Compartirá la faena con un equipo de siete técnicos de Pirotecnia Valecea, empresa de Vitoria con la que ya ha trabajado en otras ocasiones. “Nos entendemos bien y eso da tranquilidad cuando todo tiene que salir perfecto en unos minutos”, ha dicho.
Y si hay un momento que Andrea espera con un nudo en el estómago, ese será el de la traca final. Porque irá dedicada a una persona a la que quería mucho: Mari Ganuza (Pamplona, 1959–2025), figura clave en los Sanfermines, presidente e impulsor de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos entre 1990 y 2019, y gran amante de la pirotecnia. “Fue miembro del jurado del concurso durante muchos años. Sé que le habría hecho ilusión verme en esto. La última explosión será mi pequeño homenaje a un amigo”, ha confesado.
Pirotecnia Fiesta no solo ha lanzado el Chupinazo y firmará el espectáculo del día 10. También es responsable del toro de fuego, de los cohetes que marcan el inicio de los encierros y de los fuegos artificiales del 'Pobre de mí'. Una lista de responsabilidades que Andrea asume “con profesionalidad y con la tranquilidad que dan los años de experiencia”.
La empresa comenzó su andadura en 1988, cuando los padres de Andrea y César López abrieron un pequeño local en Azpilagaña. En 2012 dieron un salto logístico al inaugurar un almacén en el polígono de Beriáin, desde donde ofrecen servicio a toda Navarra. Además, han ampliado el negocio con un servicio de vajillas y utensilios reutilizables, cada vez más demandado en fiestas populares y eventos privados.
Más allá de San Fermín, Pirotecnia Fiesta ha participado en celebraciones de distintas localidades navarras, llevando fuegos, cohetes, tracas y toros de fuego a fiestas grandes y pequeñas. “Queremos llevar nuestra experiencia sanferminera a otras ciudades y también aportar nuestro asesoramiento en seguridad pirotécnica en eventos privados”, ha afirmado Andrea, convencida de que el brillo de los fuegos no entiende de tamaños, pero sí de emoción.