SAN FERMÍN
La charanga que debuta en San Fermín y arrasa con sus melodías: “Es una maravilla tocar en Pamplona”
A pesar de su juventud, estos músicos han pisado fuerte en las calles de Pamplona con su energía y ganas de pasarlo bien.

Han recorrido casi 400 kilómetros desde su pequeño pueblo de 3.000 habitantes para vivir por primera vez el bullicio, la música y el fervor de las fiestas de San Fermín. Tienen entre 18 y 20 años, duermen en un albergue de Villava y tocan un instrumento que muy pocos jóvenes dominan: la dulzaina, emblema de la tradición castellana. A pesar de su juventud, estos músicos han pisado fuerte en las calles de Pamplona con su energía y ganas de pasarlo bien.
Llegaron el pasado lunes 7 de julio y no tardaron en dejarse oír. Ese mismo día ofrecieron un pasacalles junto al Bar Bahía, en la calle García Castañón, uno de los puntos de encuentro habituales de su peña sanferminera. “Hubo muchísimo ambiente”, ha recordado uno de los integrantes. El miércoles han actuado durante la corrida de toros, y está previsto que regresen a casa este jueves tras una experiencia que, aseguran, no olvidarán.
Se han unido a la fiesta de la mano de la peña La Escalerica, que contactó con ellos y les propuso participar. “Estamos muy contentos. Muy felices. Viviendo la experiencia. Es una maravilla poder tocar nuestra música por las calles de Pamplona”, ha expresado con entusiasmo Pablo Yagüe Gozalo, de 19 años, portavoz del grupo.
Se hacen llamar Los Pirris, y han asegurado que son los únicos jóvenes en su zona que han apostado por la dulzaina. Vienen de San Cristóbal de Segovia, una localidad muy cercana a la capital de provincia, y llevan apenas dos años como charanga. Les une la pasión por la música, la amistad y el deseo de mantener vivas las raíces de su tierra. El grupo está formado por Marcos, Mario, Carlos, Nicolás, Alejandro, Iker, Daniel y el propio Pablo.
Durante estos días han tocado jotas, pasodobles y pasacalles, aunque también han incorporado versiones más actuales: “Hacemos mezclas más jóvenes, como canciones de Camela, sin dejar de lado las rumbas o lo tradicional”, han contado.
Además, han preparado con ilusión el himno de la peña La Escalerica y varios pasacalles populares de Navarra que han querido incluir en su repertorio. “Queremos que la dulzaina se conozca. Enseñamos a la gente cómo suena y aprendemos también de las charangas locales”, han explicado.
Sus jornadas han sido intensas: tocan hasta las diez de la noche, y después salen a disfrutar del ambiente nocturno. “Somos chicos jóvenes y hay muy buen rollo con la gente”, ha comentado Pablo. Algunos padres y tíos de los músicos también se han acercado a Pamplona por su cuenta, para vivir de cerca la experiencia y echar una mano si hace falta.
Este viaje ha sido una especie de continuación festiva: “Las fiestas de nuestro pueblo han terminado justo la semana pasada, así que hemos empalmado con las de Pamplona”, han contado entre risas. En su localidad también hay charangas, verbenas y peñas, aunque en pequeño formato.
Suelen actuar en fiestas de Segovia, Ávila, Soria y la sierra de Madrid, pero están abiertos a moverse por todo el país. “De San Fermín nos ha gustado todo: la ropa, los encierros, las charangas, las corridas de toros… Ver la procesión de San Fermín también nos ha emocionado mucho. Nuestras jotas son muy parecidas a las de aquí”, han asegurado.
Este martes 8 de julio, la peña La Escalerica ha aprovechado para rendir homenaje a una figura muy querida en Pamplona: Juan José Martinena. Le han entregado el pañuelo oficial de la peña como reconocimiento a su trayectoria y por haber sido su candidato propuesto para lanzar el Chupinazo de San Fermín 2025.
Martinena, nacido el 1 de agosto de 1949, es miembro de la Real Academia de la Historia, socio fundador de la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra, profesor de Historia en la Universidad de Navarra y autor de numerosos libros sobre Pamplona, el ferrocarril en Navarra, castillos, torres, palacios y heráldica. En 2002, recibió el Gallico de Oro de Napardi.
Al recoger el pañuelo, ha mostrado su agradecimiento: “Considero un honor y un orgullo el haber merecido la propuesta, aunque sabíamos que iba a tener un recorrido corto. Como decía Felipe II, he mandado la escuadra a luchar contra los elementos”, ha dicho con humor. Y ha añadido: “Lo que vale es la propuesta de haber pensado en mí como digno de ello. Agradezco profundamente el gesto, como también el pañuelo de la peña, que lo estimo como un auténtico honor”.