Cada año, al llegar el 6 de julio, ella vuelve a asomarse al balcón del Ayuntamiento de Pamplona con la misma mezcla de emoción, profesionalidad y nerviosismo. Lleva tantos Sanfermines a sus espaldas que ya ha perdido la cuenta. Y aunque desde hace dos ediciones no ha formado parte del gran dispositivo de RTVE para los encierros, en el Chupinazo sigue estando, fiel a su cita. “Ni me acuerdo ni sé desde cuándo he estado en el Ayuntamiento, pero no he dejado de trabajar allí ningún año”, asegura con una sonrisa.
Ha vivido todas las etapas de la retransmisión de los Sanfermines. Desde aquellas coberturas modestas, con pocos medios y una señal más corta, hasta el despliegue actual, con más de cien personas, 32 cámaras y hora y media de emisión en directo. “Al principio transmitía Antonio Castro, luego Javier Solano".
"Camino Jimeno y yo participábamos en el recorrido. Más tarde llegó Carmen Pérez Cledera y coincidimos un tiempo las tres. La retransmisión ha crecido muchísimo”, recuerda. Ella también ha crecido con el formato, aunque tras la pandemia decidió dar un paso al lado: “Se jubiló Solano, Elena Sánchez ya no venía, y dije que hasta aquí mi participación en los encierros”.
El rostro y la voz que más años ha estado en antena en el informativo territorial de RTVE Navarra pertenece a una periodista de Corella, nacida en 1964, que se licenció en 1982 en la Universidad de Navarra.
Su primera aparición en TVE Navarra fue con el programa ‘Blanco y negro’, que presentaba, mientras lo realizaba Luis Ezkiaga con Enrique Urdánoz y José Félix Pérez como reporteros. “Fue mi primera colaboración en TVE Navarra. En esa época había más programación en el centro territorial. He hecho de todo menos deportes”, señala.
Se llama Ana Valencia Alfaro (Corella, 1964) y acumula más de 35 años de experiencia informando. Forma parte de la plantilla fija desde 1992, aunque su relación con RTVE comenzó mucho antes. “Estudié en Pamplona, trabajé aquí dos veranos, luego pasé por Efe en Madrid, también estuve dos veranos en EITB".
Después "me surgió un contrato de un año con programas culturales y aprobé unas oposiciones. Desde entonces, 33 años aquí”, explica. Ha sido redactora, presentadora y testigo directo de todo lo que ha ocurrido en la Comunidad Foral, especialmente durante los Sanfermines.
Durante años ha sido una figura clave en el operativo especial de RTVE en fiestas, y aunque ya no corre tras los toros con el micro en mano, sigue observando con entusiasmo y afecto a las nuevas generaciones de periodistas que llegan con fuerza. “Es una gran oportunidad formar parte de un equipo como este con cien personas, hora y media de programaen directo y 32 cámaras. Hay gente joven en Navarra muy preparada" reivindica.
No tiene prisa por jubilarse. “No me gusta hacer cuentas porque no lo sé. Nací en el 64, pero no tengo la fecha marcada en rojo. Estoy con ganas, con ilusión y además no me puedo jubilar todavía”, afirma. “Soy la más veterana en la redacción y de las más veteranas en el centro territorial”, dice con serenidad, sin dar importancia al dato, pero con la experiencia que da haber estado ahí desde el principio.
De todos los recuerdos acumulados durante décadas, hay algunos que le han marcado especialmente. “Cada año, asomarme al balcón del Ayuntamiento tras el Chupinazo es un regalo. Estar en el vallado durante los encierros me parece increíble. Los gigantes son maravillosos. Meterme dentro de un gigante o que te hagan una reverencia ha sido muy emocionante”, comenta con nostalgia. “Este trabajo te exige no salir tanto como te gustaría, hay que cuidar la voz, la cabeza… pero te da la oportunidad de conocer cosas únicas”.
Con el equipo más joven de la redacción, su papel se ha vuelto más cercano. “No hace falta decirles mucho porque son unos chavales y chavalas súper talentosos y con muchas ganas. Les acompaño en el trabajo y, si me preguntan, les aconsejo y les ayudo”, dice con naturalidad. Su manera de estar sigue siendo, como siempre, al pie de la noticia.
