Correr el encierro de San Fermín por primera vez es una experiencia emocionante que muchas personas en Pamplona quieren experimentar, como le ha ocurrido a Paulo. El encierro de San Fermín es el momento más esperado de cada mañana. Miles de personas se congregan tanto en los balcones como en los vallados para presenciar una carrera emocionante con seis toros mientras son desafiados por los mozos.
Los pamploneses y pamplonesas, además de los corredores habituales de encierros, saben lo que supone meterse en el recorrido a partir de las 8 de la mañana. La velocidad y la presencia de los toros es igual lo que más engancha a la gente cuando lo ve.
El gusanillo de correr el encierro de San Fermín siempre está ahí, pero desde muy pequeños nos han enseñado a los pamploneses la dificultad de la carrera y la peligrosidad, ya no solo de los toros, sino también de la gente que se encuentra corriendo.
El cuarto encierro de San Fermín con toros de Fuente Ymbro ha sido veloz y en un abrir y cerrar de ojos han recorrido los 800 metros. Ha sido un encierro con menos aglomeraciones como los anteriores, en diferentes tramos se han podido ver a corredores experimentados realizando buenas carreras delante de los toros.
A la contra, hay quienes han corrido por primera vez el encierro como Paulo Zalba Carbini, un joven de 19 años que ha experimentado lo que es participar en el encierro de San Fermín.
El joven nació en Lanzarote, pero su padre es de Pamplona de toda la vida por lo que Paulo lleva a San Fermín casi en la sangre. Como les pasa a muchos navarros, el joven tenía desde hace mucho tiempo la idea de correr un encierro.
Hace muchos años, su padre corría los encierros de San Fermín por lo que Paulo ha ido bien aconsejado al recorrido. "Me ha dicho que aunque no vea a los toros empiece a correr y que tuviera mucho cuidado con la gente", ha explicado el joven.
Paulo ha llegado al recorrido en torno a las 6:15 de la mañana. Muchos novatos cometen el error de entrar por donde el último tramo, pero lo mejor es hacerlo desde el Ayuntamiento ya que la policía va haciendo controles previos.
La tensión de los corredores se nota en los minutos antes del encierro. Así lo ha visto Paulo, que aunque era su primera vez, tampoco estaba tan nervioso. "Todos estaban muy tensos y se nota, pero he podido hablar con varios corredores muy majos que me preguntaban si era mi primera vez", explica.
En cuanto el cohete suena, en el suelo del recorrido se siente como una vibración y se comienza a notar la carrera de los toros. El joven se encontraba en el final de la calle Estafeta enlazando con la curva de Telefónica.
Paulo, siguiendo las indicaciones de su padre, ha comenzado a correr. Casualmente, este cuarto encierro ha sido el más rápido de San Fermín y ha sido complicado seguir bien la carrera. "Estaba cerca pero casi no he visto nada, tan solo un cabestro y tres toros. He podido correr unos metros, pero no muy cerca de ellos".
Cierto es que los corredores experimentados saben cómo colocarse o cómo correr pegado al toro. No es tarea fácil ya que la gente también juega un papel importante. "He visto cómo muchos se caían conforme corría".
Tras el paso de la manada, Paulo ha entrado a la Plaza de Toros donde también ha disfrutado de las vaquillas. "Fui ayer y me gustó, así que he vuelto a estar. Me he caído cuando había una en el ruedo, pero solo me he hecho un raspazo", ha explicado.
Tras finalizar todo, Paulo no ha dudado en llamar a su padre y contarle la experiencia. Su madre, que se encuentra fuera de Pamplona, no sabía que iba a correrlo, pero ha recibido la llamada de su hijo tras la carrera.
A sus 19 años ha vivido una de las experiencias más significativas de San Fermín. Ya puede decir que ha corrido el encierro, aunque en sus planes no está volver a hacerlo este año. "Con jugármela una vez vale, quizás el año que viene vuelvo a correr, pero por el momento ya está".
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