Estás a punto de salir en San Fermín. Con el móvil, las llaves y la cartera en la mano te preguntas dónde llevarlos y cuál será el lugar más seguro. En el bolsillo apenas entran y es un lugar de fácil acceso para los amantes de lo ajeno. Y si llevas un bolso puede que te estorbe en algún momento de la noche. El pamplonés Abel Lafuente Elizalde (48 años) y su mujer, la nicaragüense Sacartett Guadamuz Amador (37 años), le han dado muchas vueltas a eso. Y han creado la primera faja riñonera para los Sanfermines. Precisamente, este lunes se anunció quién será el lanzador del chupinazo este año.
El año pasado hicieron una prueba piloto con una producción de 1.000 fajas y triunfaron. "Se vendieron todas", comenta Lafuente muy satisfecho. En 2022 se comercializaron en una tienda de la calle Estafeta cuya dueña es amiga de los creadores de este práctico invento. También se dejó una parte de la producción en algunos hoteles para que las vendieran a los turistas. "Queríamos testearla", explica. Y funcionó bien.
Este año el producto está ya patentado y lo comercializarán ellos mismos en el nuevo local de su empresa, Aglaya Creativos. Está situado en la calle Mayor de Pamplona, a la altura del número 10. La tienda está presidida por una enorme cabeza de toro de cartón. "La compramos por internet y debió formar parte de alguna falla", comenta.
"La idea surgió porque en Sanfermines he llegado a salir con una riñonera por no saber dónde llevar las cosas", indica Lafuente. "Pensamos, ¿por qué no hacemos un bolsillo pegado a la faja?". Y así surgió la faja riñonera de San Fermín.
Parece una idea sencilla. De hecho, a nivel particular, ya hay precedentes de vecinos de Pamplona que se han cosido un pequeño bolsillo en la faja. Pero la faja riñonera lleva esta idea a un nivel mucho más profesional. Tanto, que sus creadores aseguran que han tenido que llevar a cabo un proceso de I+D para perfeccionarla.
"Estuvimos mucho tiempo trabajando en el diseño para que además del móvil, la cartera y las llaves, entrase el paquete de tabaco", especifica Lafuente. También probaron diferentes textiles: "Había telas que se rajaban con llave", constata.
Su mujer indica otra de las complicaciones que encontraron en este proceso: "Conseguir que el bolsillo quedase siempre en el centro, independientemente del tamaño de la persona que lleve la faja". Se trata de una característica del producto que lo dota de más seguridad, ya que dificulta el acceso a los ladrones. Y para evitar pérdidas, sus creadores recomiendan "pasarla siempre por, al menos, una de las trabillas del pantalón".
Finalmente, dieron con la faja riñonera que comercializan estos días. Se trata de un producto 'made in Spain', ya que han cuidado todos los detalles de su producción. "Utilizamos un téxtil de Castellón y elaboramos las fajas en unos talleres de inclusión social de Navarra", puntualiza el precursor de este producto. Además, cada una de las fajas va empaquetada en una bolsa biodegradable elborada a base de maíz.
La faja riñonera de San Fermín tiene un coste de 15 euros, 20 si se decide bordarla. "Se puede elegir entre tres motivos: San Fermín, Pamplona y Navarra", señala Lafuente. Este año, han fabricado también fajas riñonera para niños. "El año pasado nos dimos cuenta de que los clientes demandaban un modelo infantil y nos hemos puesto manos a la obra".
Lafuente y Gadamuz, más allá de crear un sistema para portar objetos en San Fermín sin necesidad de llevar un bolso, tenían la inquietud de ofrecer a sus clientes seguridad. Cabe recordar que las aglomeraciones de los Sanfermines construyen el ecosistema perfecto para que los ladrones hagan de las suyas.
Y ya no hablamos sólo de robos físicos. Las nuevas tecnologías han propiciado que los ladrones puedan hacerse con los datos de las tarjetas de crédito a través de un sencillo sistema de contacto. Para evitarlo, Aglaya Creativos comercializa una tarjeta que se puede meter en la faja y neutraliza estas tecnologías, impidiendo que los ladrones se salgan con la suya. "Los lectores funcionan por electromagnetismo y esta targeta crea un campo magnético que impide que te roben la información", especifica Lafuente.
"Podíamos haberla incorporado directamente en la faja", reconoce Lafuente. Pero han decidido venderla aparte para que se pueda utilizar después de los Sanfermines. De hecho, se puede meter en una cartera o un bolso cualquira para proteger las tarjetas de crédito.
"La gente todavía no está concienciada de este peligro", lamenta. Aglaya Creativos vende esta tarjeta a sus clientes desde hace ya dos meses. Lafuente indica que muchas personas la compran para llevarla en la cartera, independientemente de la faja.
Lafuente y Guadamuz llevan años dejando volar su imaginación. Tanto que la faja riñonera no es la primera idea suya que ve la luz. Él se fue a Nigaragua como voluntario y acabó trabajando allí para Cruz Roja durante 10 años. En ese país también conoció a su mujer. Y estando allí ideo un novedoso sistema para combatir el miedo que sufren los niños en los terremotos, muy frecuentes en Latinoamérica. ‘Sismote y Temblorina’ eran dos dibujos animados que, todavía hoy, salen en algunos libros de texto.
También durante la pandemia echaron mano de la creatividad. Lafuente es auxiliar de clínica y ejercía como tal cuando se generalizó el uso de las mascarillas. "Se nos ocurrió hacer unas mascarillas personalizadas con la cara de cada cliente", recuerda. De esta forma, los sanitarios trataban con los enfermos protegidos, pero sin que estos dejasen de ver su cara.
Precisamente, ese fue el germen de Aglaya Creativos: "Empezamos con eso, nos fuimos a las tazas, pasamos a las camisetas y en mayo del 2022 llegó la idea de la faja riñonera", describe el proceso.
La idea del matrimonio es que el local de la calle Mayor se consolide como el punto de venta de Aglaya Creativos y esté abierto durante todo el año. Además de la faja riñonera, en esta tienda los clientes pueden encontrar otro tipo de productos sanfermineros. Por ejemplo, tazas con mensajes de San Fermín en todos los idiomas o pañuelicos para los perros. También un portacubatas portátitil que se puede guardar en un bolsillo y al desplegarlo permite transportar hasta cuatro vasos a la vez. "Ese no lo he diseñado yo", reconoce Lafuente.
Además, los clientes pueden pedir camisetas, cojines y otros productos personalizados. Un área de negocio que les está funcionando muy bien, "especialmente con las despedidas de soltero". Su mujer destaca que hacen pedidos a partir de una unidad: "Nos lo están agradeciendo mucho".
De cara a San Fermín tienen preparadas otras sorpresas con diseños muy sorprendentes que irán desvelando en las próximas semanas.
