• martes, 03 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

La desconocida historia del acueducto de Noáin y los motivos por los que perdió 3 de sus arcos

Llegó a tener 1245 metros de longitud y 97 arcos de piedra y ladrillo, actualmente se conservan 94 columnas. 

Imagen de archivo del Acueducto de Noáin en Navarra. Ignacio Valle Ortigas
Imagen de archivo del Acueducto de Noáin en Navarra. Ignacio Valle Ortigas

Hace 233 años, el Acueducto de Noáin llevaba agua potable por primera vez a las fuentes públicas de Pamplona que Luis Paret había diseñado. El agua viajaba escondida desde el manantial de Subiza, al pie de la Sierra del Perdón, hasta llegar por el lado sur a la capital. 

El acueducto fue construido a finales del siglo XVIII por el arquitecto Ventura Rodríguez y supuso la canalización del agua a lo largo de 16,5 kilómetros de recorrido. En la época supuso una infraestructura hidráulica, faraónica y espectacular. 

La parte más emblemática se sitúa detrás de la localidad de Noáin y llegó a tener 1.245 metros sobre 97 arcos de piedra y ladrillo, de los que se conservan a día de hoy 94 con columnas de 18 metros de altura. 

Desde la entrada sur a Pamplona, el acueducto anuncia a los viajeros la cercanía a la capital. Hace muchos años que dejó de prestar su servicio y en 1859, la construcción del ferrocarril Pamplona-Castejón hizo que fuera necesario sacrificar una pilastra. Actualmente lo atraviesa cada día el tren dirección a Madrid. 

También, en 1971, la construcción de la Autopista de Navarra hizo que se eliminaran dos arcos completos del tramo final. En los últimos años, el acueducto de Noáin ha sido sometido a más de una decena de reformas. 

Ventura Rodríguez es el mismo arquitecto que se encargó de la actual fachada neoclásica de la Catedral de Pamplona. En agosto de 1782 entregó el estudio, la memoria y los doce planos de la obra, que contó con la dirección técnica de Francisco Alejo Aranguren y Santos Ángel de Ochandátegui y su importe total ascendió a 300.000 pesos.

Desde la carretera no se ve su extensión al completo porque comienza en el manantial de Subiza y termina en Pamplona recorriendo otros parajes por tierras de Tajonar, Badostáin o Mendillorri

El tramo que comunica Noaín y Tajonar es subterráneo, la sierra de Tajonar la atraviesa a lo largo de un kilómetro y está ventilado por ocho bocas, la más profunda de ellas de 68 metros de profundidad. A la superficie sale cerca del pueblo, en un tramo de 580 metros de longitud por 5 de altura, sostenido en su parte centrar por 12 arcos de piedra.

Al llegar a la colina de Tajonar, el acueducto vuelve a sumergirse bajo tierra durante 300 metros y reaparece en la muga con Zolina. En ese lugar exhibe su última parte elevada para meterse de nuevo en tierra y aparecer en Badostáin

Ahora, Patrimonio Histórico de Príncipe de Viana vela por la conservación del acueducto de Noáin que se encuentra en buen estado. Hay quienes incluso se han atrevido a andar por encima de sus columnas. En 2014, el ilusionista navarro Pedro III caminó encadenado a ciegas durante 500 metros a 20 metros de altura

Tardó en recorrerlo 52 minutos y el viento amenazó con tirarlo al vacío. Durante el trayecto recogió tres llaves que abrían candados de los grilletes para finalmente liberarse de las cadenas al final del trayecto.

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