SOCIEDAD
El estudio de la UPNA que determina que un hábito alimenticio no afecta a la salud
Una investigación con 197 personas demuestra que es seguro, efectivo y bien tolerado en casos de sobrepeso y obesidad.

Una investigación liderada por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y la Universidad de Granada ha confirmado que el ayuno intermitente es una estrategia nutricional efectiva y segura para perder peso, sin efectos negativos sobre el sueño, el estado de ánimo o la calidad de vida.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista JAMA Network Open, se ha realizado con 197 personas adultas con sobrepeso u obesidad y se ha desarrollado en Pamplona y Granada.
El ensayo ha evaluado durante 12 semanas los efectos de tres tipos de ayuno. Ayuno temprano, con ventana de alimentación de 9:00 a 17:00 horas. Ayuno tardío, de 14:00 a 22:00 horas. Ayuno autoseleccionado, con horario elegido por cada participante (media de 12:00 a 20:00 horas)
Los resultados muestran que, independientemente del horario, los participantes que practicaron ayuno intermitente perdieron entre 3 y 4 kilos más que quienes solo recibieron recomendaciones nutricionales.
Además, no se detectaron alteraciones en el sueño, niveles de estrés, ansiedad o calidad de vida, ni siquiera entre las mujeres, que en general tienden a reportar mayores niveles de estrés y peor descanso.
La investigación ha sido realizada por el grupo ELIKOS, liderado por la catedrática Idoia Labayen Goñi, directora del Instituto ISFOOD de la UPNA, y el grupo PROFITH CTS-977, coordinado por el catedrático Jonatan Ruiz Ruiz desde la Universidad de Granada.
También han participado el Hospital Universitario de Navarra, el Hospital Clínico San Cecilio y el Hospital Virgen de las Nieves, junto con el CIBEROBN (CIBER de Obesidad y Nutrición).
De la UPNA han intervenido, además de Labayen, los investigadores María Medrano Echeverría, Víctor Manuel Alfaro Magallanes y Maddi Osés Recalde.
Según explican, el estudio es un análisis secundario de una investigación previa publicada en Nature Medicine, que ya demostraba los beneficios del ayuno intermitente en la pérdida de peso.
El estudio se ha llevado a cabo con 197 adultos de entre 30 y 60 años, un 50% mujeres, distribuidos en cuatro grupos:
Grupo de tratamiento habitual (49 personas)
Ayuno temprano (49 personas)
Ayuno tardío (52 personas)
Ayuno autoseleccionado (47 personas)
Todos los participantes recibieron educación nutricional basada en la dieta mediterránea y estilos de vida saludables. El sueño se evaluó objetivamente mediante acelerometría durante 14 días al inicio y al final del estudio, y también se recogieron percepciones subjetivas mediante cuestionarios.
Una de las conclusiones más relevantes es que el ayuno intermitente no afecta negativamente a la salud emocional ni al descanso, pese a las dudas que a menudo despierta este tipo de dieta.
La alta tasa de adherencia y la ausencia de eventos adversos graves refuerzan su viabilidad como estrategia nutricional.
El tipo más común de ayuno intermitente es el “time-restricted eating” (TRE), o restricción horaria de la ingesta, que propone limitar la ventana de alimentación diaria a unas ocho horas.
Esta práctica favorece los ritmos biológicos del cuerpo, evita los efectos negativos de comer en horarios nocturnos y mejora la homeostasis de la glucosa, especialmente cuando se practica en horarios tempranos (saltando la cena).
Este estudio aporta evidencia científica sólida que puede ayudar a diseñar futuras estrategias de intervención nutricional para personas con exceso de peso, basadas en hábitos sostenibles, eficaces y respetuosos con la salud global del individuo.