En pleno Pirineo Oriental navarro hay un pequeño pueblo que forma parte del Valle de Aezkoa y que se encuentra rodeado de un gran bosque. Se accede desde el valle de Salazar por Ezcároz o desviarse en dirección Garralda en la carretera que conduce a Roncesvalles. Desde Pamplona son unos 62 kilómetros por carreteras serpenteantes.
Garayoa es uno de esos pueblos de montaña con veranos suaves e inviernos fríos con intensas nevadas que tiñen de blanco el precioso paisaje del valle. Su ubicación es privilegiada y se encuentra muy cerca de la Selva de Irati, uno de los mayores atractivos de Navarra.
Alrededor de este pequeño pueblo se extiende un bosque de haya y roble donde cualquiera puede perderse en las decenas de rutas posibles. Además, según la temporada, se pueden ver zorros, corzos, jabalíes, buitres o quebrantahuesos, entre otras especies.
Además de poder disfrutar de los alrededores de Garayoa, su núcleo urbano también merece la pena visitar. Se puede visitar la Iglesia de San Andrés, que data del siglo XIII con su portada románica, también las estelas medievales de su cementerio, el hórreo de Casa Maisterra o el antiguo lavadero. También, a la salida se encuentra el antiguo molino de principios del siglo XX.
El Ayuntamiento de Garayoa se encuentra en la plaza del pueblo y cuenta con un busto en la fachada de Don Ciriaco Morea, que tras hacer fortuna en Argentina costeó su construcción.
Uno de los atractivos de Garayoa se encuentra muy cerca de la localidad y es el roble milenario, catalogado como Monumento Natural por el Gobierno de Navarra. No obstante, en septiembre de este año, se derrumbó tras no poder resistir a la lluvia y el viento su enorme tronco que se encontraba podrido y hueco.
Este roble, según la ficha técnica del Gobierno de Navarra, contaba con un diámetro en la base de 2,64 metros y de 2,42 metros a 1,30 metros de altura. En su totalidad, alcanzaba los 20 metros.
No obstante, se puede seguir visitando la zona y a este roble milenario. Existe un camino que parte desde Aribe y tiene una distancia de 6.5 kilómetros y 200 metros de desnivel.
Antes o después de visitar Garayoa y sus alrededores puedes pasarte por el Bar Restaurante Ibarraetxea, donde podrás sentirte como en casa con sus platos caseros que tanto gustan a quienes los prueban.
En el Ibarraetxea cuentan con menús diarios con platos tradicionales navarros y de la zona. Por ejemplo, ofrecen pochas, alcachofas, entrecot o crujientes de hongos en salsa Piquillos y Maxelki, entre otros suculentos platos. Los postres tampoco te dejarán indiferente con su tarta de queso, natilla de chocolate blanco con galletas oro o cuajada con nueces y miel.
Este restaurante, tanto en páginas como Tripadvisor o en el buscador Google tienen muy buena puntuación y los usuarios coinciden en que en el Bar Restaurante Ibarraetxea uno se adentra en la más profunda gastronomía navarra.
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