La crisis de Sunsundegui ya no sólo es propia. La empresa avalada por el Gobierno de Navarra a través de Sodena no puede pagar a sus proveedores, y estos, a su vez, no pueden pagar a sus empleados, en una especie de cadena, o efecto dominó que ya se ha cobrado la primera víctima.
Se trata de Azkenga SL, una fábrica de estructuras metálicas radicada en Echarri Aranaz, que es uno de los proveedores principales de Sunsundegui, puesto que facilita las estructuras de los autobuses sobre las que comienza el ensamblaje en la fábrica de Alsasua.
La dirección de Azkenga informó este lunes al comité de que la situación financiera no da más de sí y culpa al incumplimiento de los pagos a la autobusera.
Esto ha provocado que Azkenga, que cuenta con una planta en Echarri y otra en Olazagutía, haya comunicado a sus 38 trabajadores la rescisión de sus contratos como paso previo a la presentación de un Expediente de Regulación de Empleo.
Como se recordará, la empresa navarra Sunsundegui, en la que trabajan 300 empleados, informó públicamente que ha solicitado la apertura de un periodo de negociación con sus acreedores e inversores con el objetivo de alcanzar "un acuerdo que le permita cumplir sus objetivos de crecimiento".
El Gobierno de Navarra aprobó el pasado mes de abril un proyecto de Ley Foral por el que se autorizaba a la Sociedad de Desarrollo de Navarra (SODENA) a la concesión de un préstamo de 6 millones de euros a la autobusera, los cuales parecen haber servido de muy poco, puesto que aún arrastra una deuda con proveedores cercana a los 9 millones de euros.
Esta situación de preconcurso de acreedores busca lograr un pacto antes de que termine el presente 2024 y evitar así entrar en situación concursal.
La empresa alsasuarra atraviesa problemas desde hace tres años, en tiempo de pandemia, pero la situación se hizo crítica este año, cuando el Gobierno de Navarra tuvo que salir en su rescate ante la falta de liquidez.
El último revés que recibió la 'autobusera' fue a principios de julio, justo antes de San Fermín, cuando se conoció que la multinacional sueca Volvo Buses decidía dar marcha atrás al acuerdo con Sunsundegui para fabricar en Alsasua dos de sus modelos de última generación.
