La Asociación de Consumidores de Navarra Irache ha recibido en los últimos meses decenas de reclamaciones por servicios de pago a través de los móviles, en forma de descargas de juegos, aplicaciones o suscripciones a diversos servicios que suponen un encarecimiento de la factura telefónica y que en ocasiones se ha elevado a cientos de euros.
Los servicios que han supuesto el pago son muy variados, desde juegos para el teléfono, suscripciones a revistas, chats de contactos, pornografía o información de todo tipo, por ejemplo.
Una circunstancia que se repite en muchos de estos casos es que el consumidor no sabe cómo contrató el servicio y se da cuenta varios meses después de que lo ha contratado, cuando ha supuesto un pago en su factura de cientos de euros.
Advierte Irache que hay servicios que pueden resultar más caros pero otros que no son pagos llamativos, pero sí repetitivos, cada semana, dos semanas o mes, por lo que pasan desapercibidos para el consumidor en su factura telefónica hasta que ya ha pasado mucho tiempo.
Es el caso de una persona que acabó suscrita a un servicio de contactos, se dio cuenta de ello casi un año después y la factura ya había ascendido casi a 500 euros. O el de otra persona, de edad avanzada, que, sin saberlo, se suscribió a una revista digital y acabó pagando 350 euros a lo largo de los meses que estuvo vigente la suscripción.
Algunos de los casos recibidos en Irache son de padres que acuden porque en el móvil de su hijo, del que ellos son los titulares y pagan las facturas, estas se han encarecido en los últimos meses 20 o 30 euros. En ocasiones se trata de juegos o aplicaciones para juegos, pero también hay casos de servicios para adultos.
En este sentido, una encuesta encargada por Irache revela que el 39 % de los padres admite que no controla lo que ven sus hijos a través del teléfono móvil o la tableta electrónica.
Desde la Asociación se recuerda a los padres y abuelos -además de la posibilidad de restringir en la línea cualquier pago a terceros- que actualmente existen aplicaciones que ofrecen posibilidades para restringir el uso de los móviles por parte de menores y evitar el acceso a servicios no apropiados.
Por ejemplo, se puede limitar el uso a aplicaciones sólo autorizadas previamente, bloquear el acceso a opciones de compra, impedir el envío o recepción de mensajes o llamadas, evitar que los ajustes del teléfono puedan cambiarse o utilizar un código PIN para poder hacerlo.
Algunas operadoras telefónicas devuelven el importe correspondiente a estos servicios cuando se reclaman sin poner ninguna objeción, pero otras no lo hacen tan fácilmente y argumentan, bien que el servicio fue contratado y los cobros son correctos, bien que ellas no son las responsables de los servicios ni de los cobros.
No suele ser sencillo dar con la dirección de la empresa que ofrece el servicio, que en principio es independiente de la operadora con la que se tiene contratada la línea telefónica.
Las mismas fuentes subrayan que lo más urgente es dar de baja cuanto antes el servicio para que no sigan facturando. También es conveniente desactivar la opción de pagos a terceros en la línea telefónica para evitar que vuelva a suceder.
Desde Irache ya se ha solicitado que estos servicios estén desactivados por defecto y sea el consumidor quien los tenga que activar si es que está interesado. De esta manera, se evitarían muchos de estos pagos indeseados.
Además, es necesario un mayor control sobre el consentimiento de los pagos a terceros, especialmente los dirigidos a usuarios más jóvenes.
En cualquier caso, la asociación aconseja revisar periódicamente las facturas telefónicas y, en caso de detectar algún pago desconocido, informarse sobre la forma para dar de baja el servicio cuanto antes y posteriormente asesorarse para reclamar la devolución de los pagos efectuados.
