Dos localidades navarras son miembros de pleno derecho de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Se trata de una asociación cuyo único fin es "poner en conocimiento de todo el mundo los maravillosos pueblos que salpican la geografía española".
Creada en marzo de 2011 inspirándose en asociaciones similares que ya existen en todo el mundo con gran éxito, como la francesa y pionera, Les plus beaux viilages de la France, la italiana, Il piu Borghi d’Italia, la canadiense o la de Wallonia. Desde entonces ha ido tejiendo una red de pueblos con encanto que agrupa los pueblos más hermosos de España bajo una misma marca de calidad.
Desde la asociación destacan que "sólo un 20% de los pueblos que solicitan la adhesión consiguen superar la auditoría para obtener el sello y el cartel de “Uno de Los Pueblos más Bonitos de España”, y por lo tanto, beneficiarse de su infraestructura para la organización de proyectos, el uso de la marca registrada y de la proyección que ofrece a través de sus canales de comunicación y redes sociales.
Y no es sencillo -dicen- superar la auditoría. Para ello, el ayuntamiento debe hacer llegar a la asociación una solicitud escrita de adhesión acompañada de una deliberación del pleno, una certificación de cumplimiento de los criterios de admisión; es decir, no superar los 15.000 habitantes y poseer algún patrimonio arquitectónico o natural con documentación acreditable.
Desde ahí, se realiza una visita-peritación que certifique el cumplimiento de los requisitos y una comisión de calidad creada específicamente para la deliberación, evaluación y toma la decisión sobre su aceptación o denegación de acceso.
Pues bien, dos localidades navarras han superado el proceso y son miembros de pleno derecho de la asociación: Rocal y Ujué.
Ujué fue la primera, en el año 2017. De ella destaca cómo en la Edad Media que se convirtió en el primer bastión defensivo del Reino de Pamplona y cómo en nuestros días es "una atalaya majestuosa".
Asimismo, explica que en Ujué el tiempo se detiene, sus calles estrechas y laberínticas y sus casas construidas y conservadas con piedra caliza nos devuelven al Medievo. Sobre ellas, surge de la montaña la Iglesia-Fortaleza. En ella confluyen dos estilos arquitectónicos: El románico y el gótico como muestra explicita del paso histórico del tiempo.
Roncal entró en la asociación a finales de 2020. De Roncal asegura que "es la capital del valle que lleva su nombre y donde descansa Julián Gayarre el gran tenor navarro que triunfó en todas las grandes óperas, descansa en un hermoso mausoleo obra del escultor Benlliure.
La Villa de Roncal se asienta a ambos lados del Río Esca, en el Pirineo Navarro y por sus calles empedradas, distribuidas en forma de Y, el visitante desciende desde la iglesia parroquial, acompañados por varios edificios señoriales, como la Casa Sanz, la Casa Gambra o la Casa López. En su gastronomía destaca el queso Roncal, que se elabora entre diciembre y julio con la leche cruda de la oveja de raza latxa, tiene un sabor único, ligeramente picante, muy definido y mantecoso al paladar.
