Los medicamentos genéricos suponen el 45% del total de fármacos que se dispensan en Navarra, el triple que hace una década, cuando representaban el 15% de la factura farmacéutica. De los 11,9 millones de envases de medicamentos dispensados en 2016, un total de 5,2 millones fueron genéricos, según datos aportados por el Departamento de Salud del Gobierno foral cuando se cumplen 20 años desde que se reguló la comercialización de estos productos.
Los medicamentos genéricos son fármacos bioequivalentes a las marcas originales que puede producir cualquier laboratorio o compañía farmacéutica acreditada cuando expiran los diez años de patente del medicamento de referencia, con los mismos niveles de seguridad, calidad y eficacia. Su regulación en 1997 se planteó como medida para racionalizar el gasto farmacéutico, garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario público y proteger el derecho a la salud, ha añadido.
La aparición del genérico, debido a la pérdida de exclusividad de la marca de referencia, "suele repercutir en una bajada de precios de entre el 15% y el 30% del medicamento original, con la consiguiente reducción del gasto en el sistema sanitario público y también del precio final que paga la ciudadanía". La competencia entre las diferentes compañías una vez que expiran las patentes puede hacer que los sistemas de salud adquieran algunos medicamentos para sus hospitales a un precio hasta un 90% inferior al coste de la marca original, ha expuesto el Ejecutivo.
El uso de estos medicamentos ha experimentado un crecimiento sostenido desde su aparición, si bien su expansión se ha ralentizado desde 2013, debido fundamentalmente a que las marcas originales están tendiendo a equiparar precios cuando sale un genérico al mercado, en el caso de los medicamentos de receta, y a igualdad de coste para el usuario o usuaria final las farmacias dispensan indistintamente uno u otro.
El uso de genéricos se potenció a finales de la década de los 90 siguiendo la tendencia de otros países del entorno europeo como "medida para garantizar la sostenibilidad del sistema, ante el previsible incremento del consumo de fármacos y, por tanto, de la factura farmacéutica pública". De hecho, en Navarra la dispensación total ha crecido un 54% desde 2000, cuando se consumieron 7,7 millones de envases, frente a los 11,9 del pasado ejercicio.
OMEPRAZOL, ATORVASTATINA Y PARACETAMOL, LOS MÁS CONSUMIDOS
Entre los medicamentos genéricos más consumidos en 2016 en la Comunidad foral, destacan el omeprazol, utilizado para tratar determinados síntomas estomacales (429.337 envases); seguido de la atorvastatina, utilizado para disminuir los niveles de colesterol en sangre y en la prevención de enfermedades cardiovasculares (401.280 envases); y el paracetamol, fármaco con propiedades analgésicas y antipiréticas utilizado para calmar dolores leves y moderados y regular la temperatura (333.355 envases).
Como ejemplo de la reducción de precios que ha supuesto la introducción de genéricos en el mercado, cabe citar la referencia de una presentación de omeprazol de 14 cápsulas de 20 miligramos, que en 1989 costaba 31,87 euros (más de 5.000 pesetas) y en la actualidad se puede adquirir por 1,26 euros (un descenso del 96%).
Otro de los medicamentos comunes que ha registrado una reducción notable de precio es la atorvastatina, cuyo coste hace diez años ascendía a 32,28 euros en una presentación de 28 comprimidos de 10 miligramos, que en la actualidad puede adquirirse por 4,61 euros (un 85% más económico).
El reto a nivel de gestión sanitaria es que esta mayor accesibilidad en precio no genere un uso inadecuado o abusivo de este tipo de medicamentos, ha añadido el Gobierno foral.
PRESCRIPCIÓN POR PRINCIPIO ACTIVO
Navarra mantiene un alto nivel de prescripción por principio activo debido a medidas como la adaptación de las aplicaciones informáticas que se utilizan para realizar las recetas, que prescriben por defecto medicamentos por principio activo desde 2011, coincidiendo con la aprobación del Real Decreto-Ley 9/2011, de medidas para la mejora de la calidad y cohesión del sistema nacional de salud.
La prescripción por principio activo está recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como vía para fomentar el uso de genéricos, más accesibles económicamente. Entre las ventajas de la prescripción por principio activo, ha expuesto, destaca también que proporciona una denominación clara y reconocible de cada medicamento, permite evitar errores en la prescripción y dispensación, favorece la independencia de los y las profesionales ante la actividad promocional, promueve la dispensación genéricos en los establecimientos farmacéuticos y favorece el conocimiento y familiarización de la ciudadanía con las denominación científica de las sustancias medicinales que componen cada fármaco, frente a las denominaciones más creativas que utilizan las marcas para su comercialización.
Se estima que la dispensación de genéricos y la consiguiente bajada del precio de los medicamentos han contribuido a reducir en estos años el gasto farmacéutico público entre un 20% y un 30%. Además, el fomento de la competitividad que ha hecho que aparezcan nuevas presentaciones farmacéuticas, con opciones para pacientes con necesidades específicas, como comprimidos sin gluten o sin lactosa.
Los medicamentos genéricos presentan la misma composición cualitativa y cuantitativa de principio activo que los originales y se distinguen por incluir en su etiquetado las siglas EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico). Son autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y están sometidos a los mismos procedimientos y controles de calidad y seguridad que el resto de fármacos del mercado. La reducción de su precio es posible porque a los gastos de producción no se imputan costes de investigación y los de marketing (estos últimos pueden alcanzar el 30% del valor del medicamento).