La Plaza de San Nicolás, en pleno corazón de Pamplona, es un lugar donde los recuerdos parecen no desvanecerse nunca. Allí, el olor a castañas asadas y la presencia inconfundible de Mikel Álvarez, castañero desde hace más de 45 años, forman parte del paisaje urbano y emocional de la ciudad.
Sin embargo, más allá de su puesto, Mikel encarna una misión que trasciende las estaciones: devolver al centro su alma vibrante y el bullicio que antaño lo caracterizaban.
En una conversación cargada de nostalgia y entusiasmo, Mikel recuerda cómo el centro de Pamplona era el eje de la vida social y comercial. “Muchas personas vienen a decirme que se acuerdan todavía de mí de cuando paseaban con sus padres o abuelos, y eso me parece bonito porque creo que representa el espíritu sano de una ciudad que vivía y giraba en torno al centro”, confiesa.
Aunque los tiempos han cambiado, Mikel no se resigna a ver cómo el centro se vacía. Por ello, ha decidido dar un paso adelante, utilizando herramientas modernas para rescatar una tradición que lleva décadas cultivando. Su actividad en redes sociales, como Instagram, busca transmitir la esencia de lo que el centro de Pamplona significa para él: un lugar donde las familias compartían castañas, paseos y buenos momentos. “En las redes intento contar anécdotas que yo he vivido porque llevo muchos años en San Nicolás, pero simplemente con la intención de poder transmitir esos buenos momentos que yo he disfrutado”, explica.
Para atraer al público y devolverle la ilusión de pasear por el centro, Mikel ha lanzado iniciativas como sorteos de castañas, pequeños gestos que despiertan el interés y la curiosidad de quienes buscan motivos para reencontrarse con su ciudad. Además, utiliza sus publicaciones para compartir imágenes de ayer y hoy, mostrando la riqueza histórica y cultural que las calles del centro aún tienen para ofrecer.
Mikel se ha convertido en algo más que un castañero: es un cronista del barrio y un defensor apasionado del comercio local. Su puesto no es solo un lugar de trabajo; es un punto de encuentro donde las historias del pasado se mezclan con la esperanza de un futuro más dinámico para el centro. “Lo bien que se está y que no se puede dejar morir el placer que se siente al visitar las calles más importantes de tu ciudad”, afirma con convicción.
Si quieres vivir en primera persona este espíritu y ser parte de la revitalización del centro, basta con seguir su perfil en Instagram (@mikel.el.castanero) o, mejor aún, pasar por la Plaza de San Nicolás y compartir un momento con él. Como él mismo dice: “Aquí es bienvenido todo el mundo. Juntos hacemos barrio, juntos hacemos vida”. Y, como Mikel bien sabe, esas pequeñas acciones cotidianas pueden encender de nuevo la chispa que devuelva la vida al corazón de Pamplona.