SALUD
Nictalopía: el peligro de ponerse al volante cuando la noche te confunde
Conducir al caer el sol puede suponer un importante desafío para las personas que sufren esta afección visual.

La nictalopía, también conocida como ceguera nocturna, se trata de una afección visual que dificulta a las personas que la sufren ver bien por la noche o en situaciones con escasa luz.
En algunos casos se debe a un problema visual adquirido, una enfermedad crónica o desequilibrios en la dieta.
Los síntomas de la nictalopía son visión débil, dificultad para ver bien cuando se conduce por la noche y un tiempo de reacción más lento ante los cambios de luz.
Por eso, ponerse al volante al caer el sol puede suponer un importante reto, y peligro, para las personas que sufren esta afección visual debido a la intermitencia de los faros de los otros coches.
Es evidente que las condiciones de escasa luz afectan a todas las personas, pero aquella que sufre nictalopía lo padece con mayor intensidad y puede, incluso, resultar incapacitante.
Según señalan los expertos, la agudeza visual en un conductor ‘sano’ se reduce hasta un 70 % si se conduce de noche y la percepción de la profundidad es hasta siete veces menor que en condiciones diurnas.
Además, debido a la baja iluminación, la retina periférica funciona mejor que la central por la dilatación de las pupilas.
De esta manera, la mayoría de los conductores registra algo de lo que se denomina ‘miopía nocturna’, algo muy diferente a la nictalopía y que no debe confundirse.
La nictalopía puede agravarse si el conductor ya posee deficiencias visuales como hipermetropía, astigmatismo o miopía; u otras enfermedades que van desde la conjuntivitis a la diabetes, las cataratas o el glaucoma.
Asimismo, una deficiencia de vitamina A o el consumo de ciertos fármacos también pueden elevar las posibilidades de sufrir esta afección visual que pone en riesgo al conductor que la padece y a los que circulan junto a él.
Precisamente, según la DGT, el número de accidentes producidos por la noche es menor que durante el día, debido a que se producen mayores desplazamientos antes del anochecer.
Sin embargo, la mortalidad se dispara. El informe ‘Las principales cifras de la Siniestralidad Vial en España’ recoge que la letalidad nocturna, aquella que abarca de 00.00 a 6.59 horas, casi duplica a la del resto del día.