El proyecto desESTIGMAtizaT ha comenzado a funcionar en el Colegio Escolapios de Tafalla como una iniciativa pionera en Navarra para combatir el estigma hacia los problemas de salud mental en adolescentes. Se trata de un programa desarrollado por la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, que durante el curso 2024-2025 ha implicado a estudiantes de 4º de ESO y a su profesorado en un proceso de sensibilización, diálogo y acción transformadora.
Durante diez meses, el alumnado ha participado en nueve sesiones que combinaron talleres de alfabetización en salud mental con la creación de campañas de concienciación elaboradas por los propios jóvenes. El objetivo ha sido convertir el aula en un espacio seguro y empático, fomentando que los estudiantes actúen como agentes activos de cambio social.
La profesora Belén Ochoa, responsable del proyecto junto a Carla Elizalde, ha destacado que la propuesta no se limita a transmitir información: “Más allá de ofrecer datos, desESTIGMAtizaT busca un cambio de mirada. Queremos que los adolescentes sean protagonistas en la construcción de entornos más humanos y comprensivos”.
La idea surgió de la experiencia previa en Pedagogía Hospitalaria en la Clínica Universidad de Navarra, donde se observó la dificultad de algunos jóvenes al reincorporarse a clase tras un ingreso en psiquiatría. “Había miedo, incomodidad y falta de preparación por parte del entorno escolar, que muchas veces no sabía cómo acompañar ese regreso”, ha explicado Ochoa.
Por su parte, Elizalde ha señalado que el proyecto investiga cómo se generan el rechazo y la incomprensión hacia la salud mental y qué herramientas educativas pueden revertir esa situación. “Se trata de abrir espacios reales de diálogo, de facilitar la petición de ayuda y de poner fin al silencio que todavía rodea a muchos adolescentes”, ha subrayado.
La experiencia en el centro tafallés ha sido valorada como muy positiva tanto por el equipo directivo como por las familias. “Cuando la información es rigurosa, cercana y adaptada a su lenguaje, las actitudes cambian. Los alumnos no solo aprenden, sino que transforman su entorno”, ha afirmado Elizalde.