Fitero es un pueblo de Navarra con más de 2.000 habitantes. Ubicado en la merindad de Tudela, es muy conocido por sus aguas termales, cuyas propiedades llevan atrayendo adeptos desde hace muchos años. Tantos que en estas aguas medicinales se han bañado personajes ilustres de la historia, como el papa Benedicto XV o el poeta Gustavo Adolfo Bécquer.
Hoy en día, los visitantes pueden bañarse también en estas aguas gracias al balneario La Estación Termal Baños de Fitero. Es uno de los más antiguos de España, ya que sus termas datan de la época de los romanos.
Su acuífero nace en dos manantiales de características similares. Y cuenta con dos hoteles diferenciados, conocidos con los nombres de Gustavo Adolfo Bécquer y Virrey Palafox. Asimismo, ha dos restaurantes: La Boca Agua y el Restaurante Buffet.
Las aguas de este complejo termal se encuentran a 52ºC y son sulfatadas, sódicas, cálcicas, radiactivas e hipertermales de mineralización fuerte. Por eso, son excelentes para combatir muchas dolencias. ¿Por ejemplo? Enfermedades reumáticas, trastornos de ansiedad, rinitis, catarros crónicos o broncopatías crónicas.
Pero, sobre todo, las aguas termales de este balneario son una excelente herramienta para relajarse y encontrar la paz interior. De ahí que este complejo en Navarra reciba a numerosos visitantes durante todo el año.
Visitar el balneario de Fitero es una opción perfecta tanto si buscas un plan de día relajante como si quieres prolongar tu estancia varias noches. De hecho, el complejo termal ofrece dos opciones para disfrutar del mismo sin necesidad de hospedarte: se trata del Plan Bienestar y el Plan Contrastes. Cada uno incluye circuitos diferentes.
Y para los que se quieren alojar en alguno de los hoteles, también hay preparados packs de escapadas, en función del motivo del viaje o el objetivo terapéutico. Además, se pueden adquirir bonos para regalar desde 111 euros.
¿QUÉ VER EN FITERO?
Si decides hacer una escapada a Fitero, te recomendamos que completes la estancia en el balneario con una visita al monasterio de Fitero. Se trata del primero que la Orden Císter construyó en la península Ibérica.
Sus muros fueron levantados entre 1185 y 1247. Posteriormente, se ampliaron en los siglos XVI y XVII. Constituyen una joya arquitectónica de la Edad Media en Navarra.
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