• lunes, 30 de junio de 2025
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SOCIEDAD

El pueblo de Navarra que quiere cambiar la forma de hacer vino en Europa con una iniciativa única

El municipio navarro, con menos de 110 habitantes, ha lanzado una iniciativa única de viticultura regenerativa basada en microorganismos del entorno. 

Eslava (1)
El pueblo navarro, Eslava. CEDIDA

Una localidad navarra ha iniciado un ambicioso proyecto vitivinícola que lo sitúa como referente nacional e internacional de innovación rural.

Esta pequeña localidad de la Baja Montaña de Navarra, con menos de 110 habitantes, ha lanzado una iniciativa única en España y Europa: una experiencia pionera de viticultura regenerativa basada exclusivamente en tratamientos naturales.

El proyecto, denominado Territorio Eslava, Baja Montaña, prescinde por completo de productos químicos y apuesta por la utilización de microorganismos autóctonos —bacterias, levaduras y hongos— aislados del propio suelo, las hojas y las uvas de sus viñedos.

Estos organismos se cultivarán en biorreactores y se aplicarán durante dos años en 12 parcelas seleccionadas. El resultado será la elaboración de tres vinos regenerativos (blanco, tinto y rosado), sin residuos, con trazabilidad completa y embotellados íntegramente en el municipio.

“Este proyecto no solo trata de vino: trata de innovación, territorio y futuro. Queremos demostrar que desde un pueblo pequeño también se puede liderar una transformación real en el campo”, ha afirmado Félix Bariáin, presidente de la Bodega Cooperativa de Eslava.

La iniciativa cuenta con un presupuesto de 221.674,34 euros, cofinanciado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), dentro del Plan Estratégico de la PAC 2023–2027.

Más allá del proceso técnico, el objetivo es regenerar el equilibrio del cultivo, fortalecer el vínculo con la tierra y recuperar el valor del vino como expresión auténtica del territorio.

La elaboración se llevará a cabo en depósitos de hormigón de pequeño volumen, para preservar el carácter de cada variedad, y con un enfoque que busca reflejar la identidad vitivinícola de la zona.

El proyecto está promovido por el Ayuntamiento de Eslava y su bodega cooperativa, con el respaldo científico de LEV2050 (INBIOLEV), entidad que lidera el aislamiento de más de 350 cepas microbianas con propiedades biofertilizantes y antifúngicas.

También participan Agrolab (control analítico de residuos), EVENA y UAGN (validación técnica y sensorial) y Arraiza Comunicación, encargada de la difusión pública de la iniciativa.

Esta experiencia se integra en una visión más amplia de transformación local: el plan Territorio Eslava, una estrategia que enlaza innovación agrícola, sostenibilidad, patrimonio y cultura.

Entre las acciones recientes destacan el I Festival Villa de Viñas o la puesta en valor del yacimiento romano de Santa Criz, muestras de un modelo de desarrollo rural a escala humana.

Con esta apuesta, Eslava se posiciona como un ejemplo de transición ecológica desde lo local, defendiendo que lo pequeño y lo autóctono pueden convertirse en referentes de futuro. 

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