• martes, 30 de diciembre de 2025
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SOCIEDAD

Proetarras exigen en Pamplona la libertad de un asesino que mató a dos militares a bombazos

Covite denuncia un acto navideño en Pamplona para pedir la excarcelación del etarra Juan Luis Rubenach

Proetarras exigen la libertad del asesino Juan Luis Rubenach. COVITE
Proetarras exigen la libertad del asesino Juan Luis Rubenach. COVITE

En plena Navidad y cuando las familias de Justo Oreja y Pedro Antonio Blanco García más les echan de menos después de que fueran vilmente asesinados por la banda terrorista ETA, poco más de una docena de proetarras han exigido la libertad de su asesino, el etarra Juan Luis Rubenach.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha expresado su rechazo a la celebración de este nuevo "acto navideño" a favor de la excarcelación de presos de ETA, y otros cinco más, que se suman a los seis ya señalados por el colectivo el pasado sábado en diversas localidades del País Vasco y Navarra.

"En Navidad, no descansan. Exigen más impunidad para los asesinos en serie de ETA", señala Covite en su publicación en la red social X, al tiempo que detalla los nuevos eventos de apoyo a los asesinos de la banda criminal y terrorista.

Rubenach está condenado a 319 años por el asesinato de Justo Oreja Pedraza y a 120 años más por el asesinato de Pedro Antonio Blanco García. A ambos los asesinó con sendas bombas.

El 21 de enero de 2000, a los 47 años, Pedro Antonio Blanco fue asesinado mediante la colocación de un coche bomba en la calle Pizarra de Madrid, cuando acababa de salir de su domicilio y esperaba la llegada de un vehículo oficial en una zona residencial militar. Estaba casado y tenía dos hijos.

Tras la primera explosión, que causó cuatro heridos leves, se produjo una segunda explosión a pocos metros, también con un coche-bomba en la calle Paradinas. Este habría sido el vehículo utilizado por ETA para llevar a cabo la detonación inicial.

Por otro lado, el 28 de junio de 2001, a las 8:30 de la mañana, Justo Oreja se dirigía a comprar la prensa en un kiosco cercano a su domicilio, ubicado en la calle López de Hoyos. En ese momento, ETA hizo explotar de forma remota una mochila cargada con explosivos, colocada en una bicicleta de montaña a pocos metros de él. La explosión le causó graves heridas y quemaduras en todo el cuerpo. Además, dejó heridas a otras 19 personas y provocó serios daños en una sucursal bancaria cercana. Justo Oreja fue trasladado al Hospital La Paz, donde, lamentablemente, falleció un mes después debido a un fallo multiorgánico derivado de las heridas.

Los proetarras exigen que el asesino pueda disfrutar de la Navidad junto a sus familiares, algo de lo que Rubenach privó para siempre a los familiares de Pedro Antonio y Justo.

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