• lunes, 29 de abril de 2024
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SOCIEDAD

La torre de 30 metros en Navarra que ni Fernando el Católico ni cinco siglos han podido derribar

Hoy en día es uno de los atractivos turísticos de esta localidad y se encuentra protegida por la Ley de Patrimonio Histórico Español.

La Torre de Santacara es el último vestigio de lo que fue una importante fortaleza defensiva del Reino de Navarra. AYUNTAMIENTO DE SANTACARA
La Torre de Santacara es el último vestigio de lo que fue una importante fortaleza defensiva del Reino de Navarra. AYUNTAMIENTO DE SANTACARA

Un muro de 30 metros de alto es el único superviviente de lo que en la época medieval fue el imponente castillo de Santacara. Resulta curioso que este muro se haya mantenido en pie más de 500 años haciendo equilibrio entre la tierra y el viento para muestra de la majestuosidad y esplendor de lo que fue el antiguo reino de Navarra.

Y es que, el castillo de Santacara 'sólo' estuvo en pie tres siglos. Fue mandado construir en torno al año 1210 por el mismísimo Sancho el Fuerte con un claro objetivo defensivo dada su cercanía con la frontera del vecino (y enemistado) reino de Aragón. Ubicado sobre un cerro, muy cerca del núcleo urbano de Santacara, domina una amplia extensión de terreno y es visible a muchos kilómetros de distancia.

De hecho, mantenía contacto visual con las fortalezas defensivas de localidades cercanas. Tenía muy cerca, al otro lado del río Aragón el castillo y pueblo amurallado de Mélida. Más al norte, el de Murillo el Fruto. En días claros, sin problemas, podían divisar  el castillo de Ujué y el de San Martín de Unx. Y hacia el sur, tenían muy cerca el castillo de Caparroso y el poblado fortificado de Rada

Y estuvo en pie sólo tres siglos porque en 1512, tras la invasión del Reino de Navarra por las tropas castellanas del Duque de Alba, el rey de Aragón Fernando el Católico mandó destruir todos las torres de los castillos de Navarra. 

No hay constancia de quién o cómo llevó a cabo los trabajos de demolición, pero, a la vista está, no pudo terminar con la torre del Homenaje de aquel castillo que hoy en día es uno de los atractivos turísticos de esta localidad situada entre la ribera y la meridad de Olite.

Se tiene conocimiento de que muchas de las piedras derruidas fueron recicladas y reutilizadas más tarde para formar parte de cimientos y fachadas de las casas más antiguas de la localidad.

Las piedras que quedan en pie muestran la perfecta sillería de esta ruina misteriosa, que ni Fernando el Católico ni cinco siglos de historia han podido derribar para erigirse en una muestra de recuerdo de lo que fue el esplendoroso reino de Navarra.

En la actualidad, se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.


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La torre de 30 metros en Navarra que ni Fernando el Católico ni cinco siglos han podido derribar